Volvieron los grandes descuentos en ropa con tarjetas de crédito

Los mismos oscilan entre el 15% y el 40% y se pueden financiar hasta en tres cuotas sin interés. Desde la industria textil dijeron que para ellos los efectos de las promociones son negativos

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 EFE 162
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Bancos y comercios buscan minimizar la inflación y la suba de precios de la indumentaria con nuevas promociones que ya se apropiaron de las vidrieras de la mayoría de las marcas más fashion y populares para el público femenino, el más consumista. Los descuentos van desde el 15 hasta el 40%, aunque la mayoría de las marcas están ofreciendo el 25%. En tanto, los bancos se comprometieron a asumir el costo financiero y a darles a sus clientes hasta tres cuotas sin interés.

Los que dicen no beneficiarse con estas medidas son aquellos de la industria textil que cobra un bajo porcentaje por las prendas que fabrican. "Casi siempre los descuentos los asumen las marcas y después ese ajuste lo terminan trasladando para atrás a toda la cadena industrial, que ya era la más castigada. No hay que perder de vista que de 100 pesos que cuesta una prenda al público, sólo el 17% va a manos de la cadena industrial, desde el algodonero hasta los hilanderos, tejedores, el confeccionista y el taller. El resto se lo reparten los shoppings, los bancos y el Estado", afirmó Ariel Schale, director ejecutivo de la Fundación Protejer, en diálogo con La Nación.

"Al estar tan institucionalizados, los descuentos ya modificaron no sólo la forma de comprar, sino también la forma en que se arma el mercado y se fijan los precios. Afuera los descuentos funcionan mucho más porque son extraordinarios. En la medida en que se vuelven habituales, pierden efectividad, y lo que termina pasando, especialmente con las marcas de indumentaria femenina, es que los clientes van y se prueban la ropa un día y la dejan ´reservada´ para comprarla el día que está el descuento", precisó en La Nación Gustavo Samuelian, dueño de la marca de ropa Bolivia.

"Hoy los descuentos son un intangible y nadie sabe si realmente sirven. Lo único que tenemos claro es que no nos podemos bajar si la competencia los tiene", afirmó la dueña de una marca de ropa femenina muy conocida. Lo mismo piensan muchas comerciantes que no dudaron en prenderse en la movida, a excepción de Jazmín Chebar, Ginebra y Etiqueta Negra, que prefirieron no adherirse y mantienen su lista original de precios.

Por su parte, desde los bancos admitieron que el descuento ya se convirtió en una commodity y que por eso es importante diferenciarse. "El banco desde hace unos años lleva adelante una estrategia diferenciadora en el rubro, tanto con los principales shoppings como con marcas a la calle. Con fechas especiales con mayor descuento, atendiendo los distintos gustos y preferencias y buscando la mayor cobertura geográfica. Estar en este rubro tiene el plus de asociar la marca del banco a esos momentos únicos para nuestros clientes", dijo a La Nación Gabriela Balestrieri, responsable de los programas de beneficios de Santander Río.

Para el gerente de Política Comercial del Banco Provincia, Leonel Piraino, el primer objetivo es fidelizar a su clientela y el segundo, incrementar las ventas en los comercios. "Si se dan las dos es inevitable que termines ganando participación de mercado, como nos pasó con el rubro indumentaria, donde hoy estamos creciendo un 47,5% en las ventas, superando por cinco puntos al promedio del sistema", sostuvo Piraino.

Por último y en medio del enojo, desde el rubro textil explicaron que volver a un mercado más normal no es fácil. "Este tipo de acciones nacieron con la crisis de 2002 y se logró mantenerlas en el tiempo porque hubo un cambio en el patrón de compra de los consumidores, en el que la gente piensa que es inteligente comprar con descuento", amplió Guillermo Oliveto, de la consultora W, en el diario La Nación. "A menos que haya un cambio en el contexto de la inflación, hay que pensar que los descuentos y las promociones seguirán por los próximos dos años", añadió.