El detrás de escena del primer debate presidencial de la historia

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"Estamos acá solos con Nicolás". Faltaban segundos para el comienzo del último bloque y Mauricio Macri y Nicolás del Caño eran los únicos candidatos sentados en sus atriles, arriba del escenario. Al reclamo del jefe de Gobierno, entre risas, le siguió una chicana del dirigente de izquierda, también en tono jocoso: "¡La izquierda y la derecha!". Macri siguió la humorada: "Cinco debates más y me tirás un piropo". Del Caño no pudo disimular la sonrisa.

El cruce, fuera de cámara, fue uno de los pocos momentos de distensión del primer debate presidencial desde el retorno de la democracia en el que primó la cordialidad y el respeto entre los cinco candidatos a la Presidencia que aceptaron la propuesta del colectivo Argentina Debate, a cargo de la organización. Sergio Massa, Adolfo Rodríguez Saá y Margarita Stolbizer, además de Macri y Del Caño, utilizaron sus treinta segundos adicionales durante el intercambio de propuestas para fustigar con dureza al gobernador Daniel Scioli, el único ausente.

El otro instante distendido pero con las cámaras prendidas también lo protagonizó Macri, esta vez solo. "Será que River anda mal", dijo, chistoso, cuando Luis Novaresio –uno de los moderadores junto a Marcelo Bonelli y Rodolfo Barili- informó que las mediciones de televisión del evento superaban a la del fútbol.

Desde una hora y media antes de la cita los principales referentes, dirigentes y familiares de los cinco candidatos comenzaron a congregarse en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, sobre la avenida Figueroa Alcorta. Se diseminaron entre los quinientos invitados que se acomodaron en el auditorio principal. Antes, compartieron un coctel que sirvió de antesala del debate. "Qué gusto verte, Felipe", saludó León Arslanián a Felipe Solá, candidato a gobernador del Frente Renovador. Miraban la escena Graciela Camaño y el candidato a vice de Massa, Gustavo Saenz. Malena Galmarini, esposa del ex intendente de Tigre, fue una de las últimas en llegar. La acompañante de Rodríguez Saá deleitó con un vestido demasiado brilloso. Sergio Bendixen y Antonio Solá, los asesores extranjeros de Massa, entraron al recinto cuando el debate ya estaba empezado. Y entre las primeras filas, frente al escenario, se lucieron los principales dirigentes del PRO. Gabriela Michetti, Juliana Awada –esposa de Macri- y la decana de Derecho, Mónica Pinto, se ubicaron en la primera fila. Unos asientos más atrás, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Néstor Grindetti. Al medio del salón se apiñaron los invitados de Del Caño, los más ruidosos cuando el debate entró en su ocaso y las cámaras se apagaron: "¡Grande Nico!", gritaron, mientras los cinco candidatos abandonaban el escenario. El resto de los asistentes enfilaban hacia la salida. Muchos de ellos preguntaban por la suerte de River Plate, que a la misma hora jugaba frente a Independiente, en Avellaneda.

Stolbizer, la única mujer sobre el escenario, jugó en los dos cortes publicitarios al filo del reloj: entró en ambas ocasiones a muy pocos segundos del inicio de los bloques. "Se merece que la esperemos, es mujer", pidió Massa en el segundo y último intervalo. En ambos, que duraron casi diez minutos, los cinco candidatos presidenciales confluyeron detrás del escenario en un mismo salón, reunidos cada uno de ellos y por separado con su grupo de asesores.

A pesar de la chicana durante el segundo intervalo y de que el dirigente de izquierda fue uno de los más vehementes en la crítica hacia el candidato de Cambiemos –le recordó su procesamiento por las escuchas ilegales que todavía arrastra en la Justicia federal-, Del Caño y Macri tuvieron una llamativa coincidencia: fueron los únicos dos de los aspirantes masculinos que no vistieron corbata.

Durante la velada, que rozó los 15 puntos de rating en televisión abierta y gozó de una amplia convocatoria a través de las redes sociales –dos datos festejados por la organización durante los cortes-, los cinco postulantes se mostraron respetuosos y cuando tuvieron la oportunidad de preguntarse entre ellos lo hicieron "por arriba del cinturón", según la metáfora boxística a la que apeló uno de los asesores del equipo de comunicación del candidato de Cambiemos.

El minuto más álgido de una noche demasiado calma lo protagonizaron Massa y Macri, casi sobre el final, durante el tópico dedicado al "Fortalecimiento institucional". El líder del Frente Renovador le enrostró a su contrincante los vínculos con el Estado del "papá", el "primo" y el "mejor amigo", en referencia a Franco Macri, Ángelo Calcaterra y Nicolás Caputo. "Podrías haber ahorrado la chicana", contestó el jefe de Gobierno porteño, que le recordó a Massa su paso durante "nueve años de kirchnerismo". En el equipo de comunicación del líder del PRO no esperaban el comentario ácido, pero sí le reconocieron a Infobae que la respuesta de Macri podría haber sido más áspera, aunque es cierto que el jefe de Gobierno fue uno de los más cordiales en el trato con los demás. "Sergio, no sé por qué ahora hablás de estas cosas y no lo hacías antes, en los diez años que compartiste con el kirchnerismo", habría sido el recuerdo del ex presidente de Boca Juniors al paso de Massa por el kirchnerismo, según confiaron.

La ausencia de Scioli, sin embargo, marcó la temperatura del debate. A pesar de ese cruce, ni Macri ni Massa, los dos candidatos que le siguen al gobernador y candidato del Frente Para la Victoria en los sondeos, quisieron derramar sangre sobre el escenario. A ninguno les convino. En esa línea, el ex intendente de Tigre fue el más creativo para referirse a la ausencia de Scioli: pidió silencio en 16 de los 30 segundos conferidos para él por la organización por la dimisión del gobernador.

Tal vez el único momento de zozobra se vivió en la mitad del evento. Un incipiente humo se empezó a diseminar en torno a la figura de Del Caño: una de las luces que había recalentado amagó con prenderse fuego. Hubo pasos apurados de algunos de los miembros de la organización, pero no pasó a mayores.

El resto de la velada transcurrió sin sobresaltos. Solo dos confusiones, otra vez con Macri como protagonista, que uno de los asistentes, un dirigente cercano a Stolbizer, tildó de "delarruistas", por aquel paso tragicómico del ex presidente radical en el programa de Marcelo Tinelli.

El primer traspié fue al inicio: el jefe de Gobierno fue a ubicarse a un atril que no le pertenecía, y en el que luego se acomodó Massa. El segundo episodio confuso fue al final. Mientras el resto de los postulantes y los tres moderadores saludaban sobre el escenario, el líder del PRO se fue a un costado, bajó la tarima de un salto y besó efusivo a su mujer. Volvió a subir raudo, y trató de disimular el desplante: "Estoy en estado, puedo bajar y subir", dijo al micrófono que le arrebató a Bonelli.