España reconoció a jueces argentinos por su lucha contra el narcotráfico

Un juez de primera instancia y uno de un tribunal oral en lo penal económico recibieron una distinción en la Embajada española en Buenos Aires

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El gobierno del Reino de España otorgó la condecoración "Cruz al mérito policial con distintivo blanco" a los jueces Claudio Gutiérrez de la Cárcova y Marcelo Aguinsky.

La entrega de las distinciones se realizó en una ceremonia en la sede de la Embajada de España en Buenos Aires, en razón de celebrarse el día de su Policía Nacional.

España reconoció la tarea de los jueces por su enfoque a la hora de tratar la problemática del narcotráfico desde una perspectiva global, poniendo a disposición de sus investigaciones los instrumentos de cooperación multilateral que permiten la persecución de organizaciones delictivas a través del mundo.

El acto estuvo presidido por el embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes Pascual, junto a su cuerpo diplomático. El encuentro contó con la asistencia de las autoridades de las cinco fuerzas federales argentinas que son las que intervienen en las investigaciones por contrabando de drogas. Estuvieron presentes representantes de otras delegaciones diplomáticas y funcionarios nacionales y de la Ciudad de Buenos Aires, así como integrantes del Ministerio Público Fiscal y del Poder Judicial.

Gutiérrez de la Cárcova es juez de un tribunal oral en lo penal económico y Aguinsky es juez de primera instancia de ese fuero donde se realizan las investigaciones por grandes cargamentos de drogas que, generalmente, tienen como destino a Europa.

España tiene especial interés en los casos que se detectan en Argentina porque, según estadísticas, el 90 por ciento de la droga que sale desde Buenos Aires tiene como destino aquel país europeo.

Gutiérrez de la Cárcova lleva unos 30 años trabajando en el fuero penal económico y ocupó distintos cargos hasta llegar a juez de tribunal oral. Aguinsky, por su parte, es desde hace 22 años juez de ese fuero.

Al recibir la distinción Aguinsky dijo: "Uno sabe que esta distinción es un premio al valor, al sacrificio que los hombres de uniforme despliegan en hechos de singular trascendencia. Entonces, ¿por qué los jueces, que estamos en nuestros escritorios con aire acondicionado, accederíamos a ellas? Quizás en nuestro caso es porque el rol del juez está cambiando. En las investigaciones complejas el juez no puede aislarse en su torre de marfil. Allí no estamos frente al hecho individual de un robo o un homicidio. Tenemos una investigación en marcha y el hecho principal todavía no ha ocurrido. Cruces telefónicos, escuchas, seguimientos, filmaciones. El juez trabaja codo a codo con la fuerza de prevención para actuar en el momento oportuno. Ya es tiempo de erradicar el paradigma de Policía ansiosa y apurada vs. Justicia lenta y desconfiada. Las organizaciones criminales llevan adelante delitos estudiados y desde el Estado no podemos tener respuestas improvisadas".

Los principales países productores de cocaína, como Colombia, Perú y Bolivia, triangulan a través de los puertos importantes de Brasil y Argentina la salida de los cargamentos hacia Europa. De acuerdo a estadísticas internacionales, unas 600 toneladas de cocaína por año llegan a Europa. El kilo de clorhidrato de cocaína cuesta en un país productor menos de 5.000 dólares y cuando llega a España su valor alcanza los 40.000 euros. Es fundamental para países como España, contar con la colaboración de los estamentos judiciales y de las fuerzas de seguridad argentinos para evitar los embarques de droga hacia Europa.

Para cerrar su exposición, Aguinsky señaló que "El narcotráfico es un cáncer mundial y no debemos combatirlo solamente con aspirinas de ocasión. Los lazos que unen a nuestros países hoy necesitan la protección contra las organizaciones criminales que pretenden instalarse en nuestras sociedades. El ejemplo de la Comunidad de Policías de América dentro del proyecto Ameripol, desarrollado conjuntamente con la Unión Europea y con el liderazgo de la Policía Nacional de España, es una experiencia valiosa para resaltar. Quizás ese sea el sacrificio que debemos hacer los jueces: luchar contra nuestras mentes estrechas para entender que las jurisdicciones a veces se integran del otro lado del Atlántico y no se agotan en nuestro escritorio".