¿By pass gástrico para tratar la obesidad infantil?

Cada vez más niños y adolescentes tienen sobrepeso. El problema se puede evitar con cambios de hábitos alimentarios, pero gana terreno la alternativa de la cirugía bariátrica

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Hábitos de vida sedentarios, ingesta calórica desmedida, consumo excesivo de bebidas azucaradas... todas costumbres de los tiempos que corren que se traducen en una tasa creciente de obesidad infantil.

Se sabe que en las últimas décadas el número de niños y adolescentes obesos creció notablemente, al punto de convertirse en una problemática mundial.

Es que los niños y adolescentes que resultan afectados tienen mayor predisposición que aquellos de peso normal a sufrir, a temprana edad, enfermedades que alteren su calidad de vida como la hipertensión arterial, diabetes tipo II, artritis, problemas articulares, apnea obstructiva, depresión y baja autoestima, entre otros.

Si bien la meta no debe correrse y el objetivo final debe ser la prevención de la obesidad en la infancia, el tratamiento de quienes ya están afectados es un desafío creciente. Por eso, las alternativas van desde los cambios alimentarios y la incorporación del ejercicio, pasando por la farmacoterapia hasta la cirugía bariátrica como alternativa.

En la obesidad infantil leve a moderada los cambios en la conducta alimentaria y del estilo de vida pueden reducir el peso y mejorarlos clínicamente, pero en la obesidad severa estas medidas muchas veces no son suficientes. Como consecuencia, cada vez más especialistas dirigen su atención a las alternativas de tratamiento quirúrgico que se agrupan dentro de la cirugía bariátrica.

A pesar de resultar muy controversial para algunos, "esta cirugía resulta una iniciativa adecuada en pacientes muy bien seleccionados que fueron carentes de herramientas efectivas para la prevención primaria o el tratamiento conductual de la obesidad", consideró el doctor Jorge Harraca (MP 8303), coordinador de la Comisión de Cirugía Bariátrica de la Asociación Argentina de Cirugía, quien destacó que "existen estudios que describen que la cirugía bariátrica en niños conlleva una pérdida significativa de peso y mejoras en la calidad de vida aunque se advierte que el posoperatorio y el seguimiento pueden ser más problemáticos que en los adultos".

Por lo general, este tipo de cirugía se indica en mayores de 11 años, ya que lo recomendable es que se realice en niños que completaron su desarrollo óseo, o al menos un 90% de éste.

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Ahora, ¿cómo es la cirugía bariátrica? Existen diferentes técnicas agrupadas bajo este nombre, todas realizadas a través de abordajes videolaparoscópicos mini invasivos. Una de ellas es el bypass gástrico, la más difundida y utilizada, que consiste en "dividir el estómago dejando un pequeño reservorio de 15 a 30 mililitros conectado directamente al intestino delgado, de este modo, el alimento pasa directamente al intestino, logrando que disminuya la absorción de nutrientes que se traduce en descenso de peso", explicó el especialista.

Otra técnica, la banda gástrica, resulta muy atractiva para la edad pediátrica, por ser menos agresiva, ajustable y 100% reversible, opinó Harraca. "Se coloca una banda ajustable de silicona que se instala en el tercio superior del estómago, dividiéndolo en dos partes, en reloj de arena. El estómago superior queda restringido a un volumen de alrededor de 20 mililitros, lo que limita y controla la cantidad de alimento ingerido, retarda el proceso de vaciamiento gástrico y determina una menor ingesta con pérdida de peso", detalló.

En ambos casos, la técnica de abordaje videolaparoscópico permite una recuperación más rápida aunque la banda gástrica ajustable posee mayor rapidez de recuperación y menor espectro de complicaciones que el bypass.

"Lo que es importante aclarar es que la decisión de implementar una cirugía bariátrica en niños o adolescentes debe surgir de la evaluación de un equipo multidisciplinario integrado por pediatras, psicólogos, nutricionistas y cirujanos", remarcó el especialista, quien enfatizó que "asimismo, existen diferentes caminos previos que pueden arrojar buenos resultados cuando están acompañados de educación alimentaria y ejercicio físico en un marco de control y seguimiento". Por eso, es de vital importancia la responsabilidad de los adultos en cuanto al rol que desempeñan en la educación y la prevención en niños y adolescentes.

En conclusión, lo aconsejable será estudiar las particularidades clínicas de cada caso, haciendo especial hincapié en las características del niño tanto en su perfil genético y conductual como también en su ámbito familiar (muchas veces determinante del origen del problema padecido) para dar con el tratamiento más adecuado.