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La imagen, tomada por el fotógrafo de Reuters Carlos García Rawlins, muestra a Manuela Bolívar absolutamente desencajada. Con una mano se tapa la boca y con la otra se sotiene la barriga de embarazada. Está llorando. Huye de la manifestación a favor del opositor Leopoldo López en las puertas del Palacio de Justicia de Caracas. Allí, el coordinador de Voluntad Popular enfrenta su audiencia decisiva.
Justamente por esta jornada judicial, en la que el régimen de Nicolás Maduro intenta condenar al opositor a 14 años de prisión, Manuela se acercó al lugar. Para demostrar su respaldo y pedir justicia.
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Sin embargo, colectivos chavistas agredieron a todos los seguidores de López. Vestidos con camisetas rojas alusivas al partido oficial, los manifestantes golpearon a los partidarios del opositor con palos y botellas plásticas, obligándolos a abandonar apresurados la esquina que ocupaban en una calle del centro de Caracas.
En el episodio, los colectivos chavistas también agredieron a Horacio Blanco, que instantes después del ataque murió de un infarto.
Voluntad Popular responsabilizó del deceso al presidente Nicolás Maduro y a Jacqueline Faría, candidata a la Asamblea legislativa por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien temprano convocó en Twitter a concentrarse cerca del tribunal para exigir que se condene a López.
López está acusado de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio en relación con los hechos violentos al final de una marcha antigubernamental convocada entre otros por él, el 12 de febrero de 2014 y que dejaron tres fallecidos. Su defensa rechaza esas acusaciones y pide su libertad plena. Las protestas contra el Gobierno, que comenzaron en febrero y se extendieron por varios meses, dejaron un saldo final de 43 muertos y cientos de heridos y detenidos.