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La eliminación del US Open terminó de hundir a Rafael Nadal. El Abierto norteamericano era su posibilidad de salvar el 2015, un año en el que paulatinamente se hundió en un océano de malos resultados. Atraviesa el peor momento de su carrera y no hay señales de que vaya a reinvenstarse.
El mejor tenista español de todos los tiempos vive una de sus peores temporadas como profesional. Su 6-3, 6-4, 4-6, 3-6, 4-6 ante el italiano Fabio Fognini en la tercera ronda del Gran Slam estadounidense dejó varias señales de alerta que deberá atender si no quiere que su sensacional carrera acabe desplomada.
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Primero, la caída significa su 13º derrota en el año (44 victorias). Es su peor registro como profesional a estas alturas del calendario, donde se encuentra octavo del ránking mundial y con solamente tres trofeos levantados.
El otro mensaje tiene que ver con su mentalidad. Pasó lo que nunca había pasado: Nadal perdió un partido de Grand Slam en el que llegó a ganar los dos primeros sets. Llevaba 151 victorias seguidas en los cuatro grandes torneos tras tomar dos parciales de ventaja.
Sin embargo, la gran preocupación son sus pobres resultados ante los mejores hombres del circuito. Este año solamente le ganó a dos jugadores del Top 10. Lo sufrieron su amigo Ferrer en Montecarlo y el checo Berdych en Madrid.
Los cuartos de final de Roland Garros y el Australian Open son sus mejores resultados en Grand Slam. Sus fiascos en el US Open (tercera ronda) y Wimbledon (segunda ronda) provocaron que el español se quede sin ganar un Grand Slam por primera vez en los últimos 10 años.
Entre sus torneos ganados ni siquiera hay un Masters 1000. Sus tres palmares fueron en Buenos Aires, Stuttgart y Hamburgo, respectivamente. Fueron campeonatos en los que se ausentaron los mejores, y en los 13 partidos disputados, sólo se encontró con un top 20 (Gael Monfils).
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Es otro tenista. Juega atascado mentalmente y es incapaz de encontrar su mejor versión. Aquella bestia competitiva que parecía que iba a retirarse como un jugador invencible, hoy es cacheteada por jóvenes promesas y tenistas irregulares.
Habrá que ver si logra resurgir como Roger Federer. El suizo también pasó una crisis importante y llegó a bajar hasta el octavo puesto del ránking ATP. Pero encontró la estabilidad con Edberg y ha vuelto a la cima del tenis.
La leyenda forjada por el jugador mallorquín es demasiado grande para que todo se derrumbe por un mal año. La única certeza es que Rafael Nadal es un guerrero. No hay duda que luchará para dejar atrás su grave crisis.