Perdón y más revolución desde la misericordia

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Ella (soltera) tenía 15 años y por coerción de sus padres, abortó.


Ella (casada) tenía 27 años y por pedido de su esposo que no quería tener más hijos (ya tenían uno, para qué más), abortó.


Ella (soltera) tenía 19 años y por miedo a no saber qué hacer sola en la vida con un hijo, sin trabajo ni amparo familiar, abortó.


A estas tres "ellas" las conozco personalmente. Y cuántas otras más hay que conocés vos, vos y vos. A ninguna le gustó atravesar por ese momento de elección tan-sin-vuelta-atrás, definitiva por donde la mires.


Estas tres "ellas" tenían-tienen un tipo de conciencia religiosa que las vinculó con la culpa sin escalas. Y en ese viaje culposo, doloroso, no había lugar para el perdón y menos para la esperanza.


¿Por qué hoy -justo hoy, el día en que el mismo Papa Francisco pidió una oración global por el cuidado de nuestra casa común- hablamos de aborto y también de esperanza? Casi como uniendo opuestos y contradictorios, una vez más el Papa Francisco nos pone frente a un concepto ya mítico en su pontificado: nuestra fe es revolucionaria. Y desde ahí, con ese punto de apoyo en el amor, podemos cambiar algunas cosas.


Los portales del mundo reflejan en estos momentos el perdón en sus portadas, exaltando la misericordia en búsqueda de la paz espiritual. ¿Por qué? Porque Francisco le envió una carta a Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la nueva evangelización, en la que, entre otros puntos se expresa sobre las especiales condiciones del próximo Jubileo de la Misericordia que propone la Iglesia Católica a todos los creyentes.


Entre estas condiciones, apareció la indulgencia plenaria para aquellas personas que hubieren cometido-practicado aborto, se arrepientan de corazón, se acerquen al sacramento de la reconciliación y ante un sacerdote este podrá brindar la absolución sin necesidad de consultar con el obispo.


Dicho así parece un trámite. Sin embargo, para quienes desean vivir una fe cristiana en plenitud, el aborto duele, duele y no para de doler. Es una angustia que, muchas veces por ignorancia y silencio, no logra encontrar consuelo. Y esta es una oportunidad extraordinaria: Francisco, al hacer pública esta ocasión de indulgencia plenaria??que podrá hacerse efectiva durante el Año de la Misericordia que se iniciará el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de noviembre de 2016?? está abriendo ventanas, desatando nudos, abrazando en misericordia.


Receta simple, bella y ancestral: amor y más amor. Perdón y más perdón.


*La autora es periodista, editora y escritora. Escribió Nuestra fe es revolucionaria. Jorge Mario Bergoglio. Francisco. (Planeta)