Rafael Ferro: "Es dudosa la selección a los subsidios de cultura"

El reconocido actor, quien acaba de estrenar la obra "Equus" junto a Peter Lanzani, habló en InfobaeTV sobre su carrera electoral y puso reparos a la política del INCAA. Elogios a Aníbal Fernández

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-En la obra interpretás a un psiquiatra, ¿vos te psicoanalizás?

Sí. Uno de mis mayores problemas es que soy infrecuente, pero tengo una persona a la que siempre acudo y me recibe cuando quiero ir.

-¿De qué trató tu última sesión?
La pareja, obviamente. Fui con mi pareja, a veces nos atiende juntos, a veces separados. También hablamos de la obra, de esta cosa que le pasa al actor, que cuando empieza a pasar textos se te empiezan a meter y un poco te invaden. Empezás a hablar de la locura y algunas veces se te quedan algunas cosas pegadas.

-La última vez que hablamos estabas en pareja con Leticia y en la búsqueda; hoy Miguel ya tiene 6 meses. ¿Cómo es ser papá de cuatro?
Cuando uno los tiene así a todos, te sentís al ritmo de un museo. Es hermoso. Después tiene la parte responsabilidades, emocional, económica, que es laboriosa. Son hermosos, son seres maravillosos, los amo. Pero es difícil, sí.

-¿Con cuatro ya estaríamos?
Dios quiera, sí. Concretamente por algo económico.

-Están todos en edad de consumo, tres escolarizados...
Sí, y en distintos lugares también. Eso lo hace más difícil. A la tribu le decís: "Vamos con un plan". Pero acá tenés un plan con una persona, otro plan que vas armando con otra...

"Era más picaflor cuando era más joven, ahora soy un hombre grande"

-Aclaremos, no son todos con Leticia, tu mujer.
No. Son de tres madres distintas.

-Por algún título de revista de hace años, sumado a tu personaje de Laprida en Guapas, quedaste considerado como un eterno infiel. ¿Era así?

Era más picaflor cuando era más joven, ahora no, ahora soy un hombre grande. Con Laprida me llamaba la atención que he hecho bastantes malos en la tele; algunos malos, asesinos, pero nunca me gritaron tanto las minas. Prefieren a un asesino en casa antes que a un infiel.

-Debemos ver más cerca la posibilidad del infiel que del asesino serial.
Sí, total. También una cosa del ego. "Andá a matar, pero no me cagues" [risas]. No sé, digo...

-¿Lo extrañaste a Laprida cuando terminó?
No.

-¿Pero lo disfrutaste mientras lo hiciste?
Al principio, después no tanto, fue perdiendo identidad. Yo entré ahí como una especie de coprotagónico masculino, fue cayendo, y no le supimos encontrar la vuelta, ni yo, ni los autores, quedó como desdibujado.

-¿Te gusta la tele como medio?
Sí me gusta y he tenido la suerte de hacer programas que a mí me encantaron y que tenían una impronta particular. Hice Resistiré, El tiempo no para, Lalola, Para vestir santos, Ciega a citas. Programas que tenían un lenguaje, que dentro de lo que es la tele tenían algo. Estaba bueno y estaba bueno lo que podía hacer ahí.

-¿Como espectador?
No, no veo tele. No me gusta tanto, pero porque soy ansioso. Me dedico más a leer.

-¿Noticieros tampoco?
No. No es que me siento tan orgulloso al respecto, pero cero. En un momento, alguien con cierta sabiduría me dijo que consumir noticieros todo el tiempo era directamente dejar entrar energías negativas en tu energía; y me quedó.

-¿Pero estás informado?
Sí, sí, pero a veces peco de bruto, porque me aíslo. También hay una línea que no sabés, de golpe, el canal que ves, está todo mal y te manipula. Es sabido que la noticia te manipula siempre, para acá, para allá. Entonces, me aíslo un poco.

-¿La política te interesa?

Ahora me interesa un poco más. Conocí a algunas personas, y sí. Me gustaría que me interese más. Si hubiera personajes que me llamaran más la atención o que me dieran ganas de verdad de conocerlo, me interesaría más. Cristina es una persona que me hubiera gustado conocer, por su inteligencia. A mí, como soy tan apolítico, me interesan cosas muy básicas, como que tengan buena oratoria, carisma, la parte actoral. Que vea que hay una inteligencia, una preparación y no se ve tanto tampoco. Vos ves los candidatos que están ahora para presidente y no me seducen la verdad.

-¿No te seducen desde este armado, o no te seducen desde el discurso y el contenido?
No les creo nada.

"Aníbal Fernández me cautiva, porque sé que es un tipo instruido"

-¿A ninguno?
Les pediría: "Por favor, hacé un esfuerzo más grande y que te crea algo". Me cuesta muchísimo, no les creo nada. No me seducen por ningún lado, la persona en sí; y además, los escucho y es todo como discursos armados. No le creo a nadie, entonces, me cuesta decir a quién.

-Fuera de los tres candidatos preferidos según las encuestas, hay alguno que digas: "Este es coherente, o le creo un poquito más, aunque no tenga demasiadas chances".

No podés tomarme como parámetro, pero a mí, Aníbal Fernández me cautiva, porque sé que es un tipo instruido. No lo agarrás mal parado hablando de historia, de esto, de política, porque es un tipo que sabe muchísimo, que tiene una inteligencia. Entonces a los boludos como yo, los agarrás fácil. A mí eso me seduce. Un tipo que sabe expresarse y que hay una inteligencia. Después si lo usás para el mal, yo no sé.

­¿A qué político de los actuales te gustaría interpretar?
¿Interpretar? Hace poco tuve que hacer una de estas miniseries del INCAA, que se llamaba Animal político y me dejé el bigote por Aníbal Fernández. Igual me salió cualquier cosa.

­¿Ya la pusieron al aire?
No, calculo que el año que viene. Depende de todo lo que pase ahora que vienen las elecciones. En todo el circuito, en todo el ambiente hay cierto, no sé si temor, pero decimos: "¿Qué va a pasar?". Todas estas series del INCAA, que han sido muchas, ahora que cambia un poco, por ahí cambia todo y hay una incertidumbre.

¿Cómo viviste este tipo de subsidios a las series, el cine, a la cultura en general?

Es maravilloso, está buenísimo. Le da trabajo a mucha gente, actores, técnicos, directores, de todo un poco, eso está espectacular. Ahora, como siempre en nuestro país, lo que es bastante dudoso es el criterio de selección. Junto con amigos hemos presentado proyectos que no han quedado, y eso que somos conocidos. Y todo el tiempo tengo que trabajar proyectos, unos mejores, otros no tanto, pero que...

"Esa pluralidad de ideas por ahí se ve cercenada. No estoy hablando mal de este Gobierno o del INCAA, es el país"

­No sabía. ¿Presentaste un proyecto para una ficción?
He presentado con amigos actores, con [Pablo] Cedrón, con [Luis] Ziembrowsky y Luciano Castro una miniserie, y no quedó. No teníamos la cuña de alguien. Está buenísima la idea, pero como siempre, hay algo ahí que hace ruido. De golpe tenés que interpretar algo que no está tan bueno y decís: "¿Y esto por qué quedó?". Y ahí empezás a ver que Fulano con coso. Entonces decís: "Qué lástima. Una idea tan buena". Se los dije en algún momento: "Che, ¿quién elije? ¿Por qué? ¿Cómo?". Esa pluralidad que te digo de ideas por ahí se ve cercenada en un momento. No estoy hablando mal de este Gobierno o del INCAA, es el país. La miniserie que presentamos nosotros estaba buenísima; y como nosotros, millones de personas, jóvenes, talentosos, que se quedan ahí.

-En lo laboral tuviste un recorrido particular hasta llegar a la actuación, desde ser jugador de squash profesional hasta vender artesanías en Grecia. ¿A qué se debieron los cambios? ¿Te aburrías?

Era muy joven cuando fui a vender artesanías a Grecia y a hacer otras cosas. Cantaba en una plaza, también lavé platos en un restaurant. Tenía veintitantos, me harté del squash, del entrenamiento rígido, era un deporte que no era tan grato, no es como el tenis, que hacés plata. Siempre fui medio de quiebres y me pareció que terminó. Estuvimos un año en Grecia, y después vine acá a estudiar actuación. Todavía me podía dar el permiso de reinventarme. Si yo pudiera ahora, probablemente haría otra cosa ya.

-¿Dejarías la actuación?
No puedo, ahora con cuatro hijos, ¿qué harías? No es tan fácil como en aquel entonces, que me mantenía a mí solo. No puedo decir: "Muchachos, papá va a escribir". ¿De qué comemos?

-En la responsabilidad de tener tantos hijos, ¿aceptaste trabajos, que no te convencían mucho, por la cuestión económica?

Siempre hay que agarrar, sí. El criterio de elección se va reduciendo, ya no podés ponerte muy selectivo. Dignamente, hay laburos que sí, son por el dinero. Necesito esta plata, está bueno lo que me pagan...

-¿Cuál es el límite?
Cada vez se va achicando más. En cualquier momento van a decir: "Mirá, estás en pelotas en un campo en toda la tira y te corren caballos" "¿Cuánto pagan?" [risas]. Hay límites igual, todo el tiempo vivo, todavía, diciendo que no.

-¿Te puedo ver de panelista en Intratables si te pagan bien?
No, no. Esos límites, no.

-¿Showmatch?
No, no, jamás. De hecho, he tenido ciertos problemas, porque ni siquiera voy a programas de notas y eso. Vos hace un ratito me estabas hablando de una señora, y no voy. Tengo problemas con las productoras con las que trabajo, pero no, ahí no voy.

-Hay que salir a vender los productos...
Hay que salir a vender. Sí, ese es el dilema, pero ¿a qué precio? ¿Viste que en este medio también hay una cosa cirquera de vender? Está bueno cuando está bueno lo que vas a vender, pero hay lugares a los que no siento que haga falta. Ideológicamente no apoyo.

-Te cambio de tema ¿Qué excesos te permitís hoy?
Casi ninguno. Estoy muy medido.

-¿Tuviste una época más descontrolada?
Sí, obvio, claramente. Pero ya es pasado.

-¿El tema drogas con hijos adolescentes cómo se maneja?
El más grande tiene 16 y todavía no sé cómo se maneja, estamos en eso. Difícil debe ser, es algo muy a la mano de todos. Yo encaro diciendo: "No me tomes como ejemplo". Igual ellos no saben, no vieron mi pasado. Yo tuve un pasado fuerte en ese sentido. Lo único que se me ocurre es que tampoco podés ser muy discursivo en el sentido de tener como mucha receta.

-Si viene un día y te dice: "Papá, yo quiero probar un porro". ¿Te vas a desmayar? ¿Le vas a decir: "Bueno, probá conmigo que te cuido"?

­No, no, probá conmigo no. Me parece que esa es pésima. Que pruebe sí. Tranquilo, que pruebe las cosas para desecharlas. Un porro, que me parece más inocente que otro tipo de drogas. Ya si me dice: "Che, papá, la jeringa", ahí ya digo: "No, no, pará un poquito". Pero hasta ahí, sí, que pruebe esas cosas. Siempre con tranquilidad, eso es lo que digo. Ya cualquier cosa en exceso o muy seguido es como...

-¿Y con tu hija? ¿Con Matilda cómo sos? ¿Celoso?

Todavía no tuve tiempo, tiene 12. Es muy linda, es hermosa, muy deportista. Todavía no empezó eso, pero calculo que no voy a ser un moralista, no toquen a la nena. Uno reaprende tantas cosas con los hijos, ahora tengo de varias edades y cuesta tener un discurso que no sea flexible. Ya cumplo este año 50. No podés enseñarle a todos los hijos lo mismo.

"Me pega profundamente el tema de si queda alguien normal todavía en la calle"

-¿Te pega cumplir 50?
Sí, si. Estoy en plena crisis de los 50, que no sé si es por el número en sí mismo. Estoy en una crisis. Justo cumplo 50, justo me agarró la AFIP, justo...

-¿Qué pasó con la AFIP?
No nada, nada, no importa. Cosas que les pasaron a muchos...

-¿Pero tuvo que ver con manifestarte, con decir algo?
No, no.

-Volviendo a los 50, ¿no te va a agarrar la crisis y ponerte de novio con una de 20?

­Espero no ser tan berreta, no podría. Uno podría estar una noche con una de 20, que se me tire encima, y bueno, suponete. Pero no, no, no puedo charlar. Una persona adulta con ciertas inquietudes...

-Es interesante cómo tu personaje en Equus se cuestiona el concepto de normalidad.

A mí me pega profundamente el tema de si queda alguien normal todavía en la calle. A lo largo del tiempo, en películas siempre garpa el vínculo psiquiatra-paciente. Revisando para este trabajo me di cuenta de que siempre sale más transformado el psiquiatra que el paciente, aparece un paciente que le vuela la cabeza o es una especie de espejo, o ve algo que él quisiera tener. Y para mí plantear eso es espectacular. Vos decís: "¿Quién es el que está enfermo? ¿El que se supone que está en una institución enfermo? ¿Estamos todos un poco locos?".

-También habla de la pasión. Desde su anormalidad, el personaje de Peter Lanzani conoció la pasión de una forma que él, que cumple con todos los parámetros, no la va a conocer nunca.

Claro, se plantea eso también. ¿Qué es curarlo?, ¿que salga a la sociedad?, ¿que sea un pibe más?, ¿que no se distinga de nadie?, ¿consumir?, ¿comprar?, ¿tener un auto? El tipo ve que en el chico hay una particularidad, una pasión que no siente el general de la gente, o por lo menos no la siente él en ese momento de su carrera, con su pareja, en el momento que plantea la obra. Entonces, dice: "No sé. ¿No es mejor vivir con esa pasión, aunque sea peligroso, que vivir como un zombie más, entre todos?"

-Fuera del personaje, ¿dónde te acomodás en esa línea entre la normalidad, la pasión, la búsqueda?

Y, me pega. Tengo hijos y lo siento, me causa bastante tristeza ver a mis hijos crecer, empezar a perder la inocencia, la pureza, e ir transformándose de a poco en esto. En un adulto, en el consumo, en todo lo que va generando de vos la sociedad, el colegio, la educación.

Equus se presenta de jueves a sábados a las 20.30hs y domingos a las 19.30hs en el Galpón de Guevara, Guevara 326.

Agradecimiento: ?Romina Sala, Peinado y Maquillaje. TW: @RSimagensocial