El asesinato del joven jujeño Ariel Velázquez "desnuda uno de esos feudos del país que parecieran estar intocados por la modernidad, donde la educación pública es usada como un instrumento no para la emancipación y la libertad sino para mantener las relaciones de tutelaje, de mando y de obediencia, entre el gobierno y la población".
Lo dijo Guillermina Tiramonti, una de las expertas en educación más reconocidas del país, en una entrevista en InfobaeTV. "Y lo de Tucumán, las denuncias de fraude, las protestas populares, la represión, sigue desnudando a esos feudos", completó.
"Son prácticas típicamente conservadoras porque la tutela mantiene al otro en una situación de dependencia. Justamente, es la negación de la promesa moderna de la educación pública", agregó.
Tiramonti precisó que esa situación contrasta también con "la promesa" de un gobierno auténticamente progresista o de centro izquierda, que es el lugar ideológico que suele reclamar el kirchnerismo.
"La palabra militante, que tanto se usa, implica una tonalidad militar; toda la idea de ser parte de una épica... Es un tema de la cultura politica argentina, que está muy atada a la idea de esta construcción épica que requiere la apelación al patriotismo; me parece que eso tiene una carga de violencia implícita", dijo Tiramonti.
Velázquez, de 20 años, era militante radical aunque se había afiliado a la organización Tupac Amaru para completar sus estudios en una de las escuelas dirigidas por ese grupo político social, que son financiadas con subsidios del gobierno.
Tupac Amaru es encabezada por Milagro Sala, una dirigente ultra kirchnerista muy vinculada con la presidenta Cristina Kirchner, que, además, es candidata a diputada al Parlasur por el oficialismo.
"Ese tipo de escuelas -explicó Tiramonti- implican una derivación de las funciones del Estado; un Estado que, en realidad, no es un Estado sino un espacio de poder ocupado por un determinado grupo político que se relaciona con la población a través de relaciones tutelares".
Tiramonti sostuvo que tanto Jujuy como Tucumán forman parte de regiones donde "esas relaciones tutelares han estado siempre presentes, donde la modernidad parece no haber pasado. Lo que pasa es que los populismos hacen más presente eso, no solo allí sino también en otras regiones que consideramos más modernas".
En ese sentido, la especialista, que es investigadora de Flacso y profesora universitaria, puso como ejemplo lo que sucede con el plan Fines "para terminar las escuelas secundaria y primaria. No quiero generalizar, pero hay casos en que se aplica de esa manera: las clases se dan en locales de La Cámpora y tanto el acceso de los alumnos como de los profesores surgen de relaciones con ese grupo".