Lágrima de Cristo, el vino que se elabora al pie del Vesubio

Tradición de una familia y de toda una región, el legendario vino nace en la ladera del volcán y. gracias a los minerales de esa tierra, tienen un toque que los diferencia

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Meme Castro
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Entrevistando a María Paola Sorrentino, propietaria Azienda Vitivinicola Sorrentino Meme Castro  162
Entrevistando a María Paola Sorrentino, propietaria Azienda Vitivinicola Sorrentino Meme Castro 162
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De visita en la zona de Campania, cerca de Nápoles, en Italia, es muy común ver las plantaciones de vid todas rodeando el monte Vesubio, un sitio que desde los primeros Romanos ya generaba vinos. Fueron los colonizadores griegos quienes llevaron la vid, dotando al lugar de variedades nativas que han convertido a la zona entre las más reconocidas y prósperas para la producción vitivinícola.


Y ahí mismo surgió el mito de la "lágrima de Cristo", que da nombre a sus típicos mostos. La leyenda local cuenta que el suelo esponjoso donde son cultivadas las viñas fue robado del paraíso por Satanás y que habría sido santificado a través de las lágrimas de Cristo, cuando lloró frente a la caída de Lucifer. Una leyenda sin igual que advierte el carácter sobrenatural de este caldo divino.


Lo particular aquí también es la imponente zona de producción, una región vitícola de 15 distritos en la provincia de Nápoles, todos rodeando al Vesubio que emerge inmaculado hacia cualquier punto donde uno mire, coronando las vistas que van cambiando radicalmente según pasan las estaciones del año. Un terruño prodigio, donde el suelo es poroso producto de la arena y la lava volcánica y también rico en minerales. Una combinación bendita que da los nutrientes esenciales para hacer a estas tierras tan fértiles. El sol que nunca falta y las noches frías hacen la alquimia necesaria para resultar en uvas maduras con las que se elabora Lacryma Christi, un vino fuerte, de gran personalidad y estructura, digno de la historia que lo precede.


 Azienda Vitivinicola Sorrentino 162
Azienda Vitivinicola Sorrentino 162

El paisaje del lugar se destaca con sus colores tan llamativos, donde el verde de los viñedos resalta sobre el gris lava de la tierra. Sin dudas la postal perfecta para enmarcar el mito que rodea a este vino, que no tiene una fórmula específica, sino más bien es el resultado de las fuerzas de la naturaleza y la mano de Dios en cualquiera de sus versiones, blanco, tinto o rosado.


La Azienda vitivinícola Sorrentino, de 30 Has., es uno de los tantos puntos para recorrer y conocer esta historia. Allí la familia que da el nombre a la bodega, es la perfecta anfitriona y celadora de este patrimonio cultural. Por tres generaciones han estado en esas tierras heredando el amor por la producción de vinos, que vive en su vino Lacryma Christi elaborado exclusivamente con varietales típicos de la región.


El blanco seco lleva uvas Verdeca y Coda di Volpe con proporciones menores de Falanghina y Greco di Tufo. Se destaca por su elegante paladar con notas de almendra, peras y duraznos maduros. La versión tinta, un blend perfecto de uvas de Pedirosso y Agliánico, le dan el toque especiado en combinación con las frutas rojas. Por su parte, el rosado, muy intenso en nariz armoniza sus aromas con el toque mineral que le da la tierra a estas cepas nativas.


Un detalle no menor que destaca a los vinos producidos en ese sitio, es la Denominación de Origen Controlada (D.O.C.). Este tipo de indicación geográfica aplicada a un producto agrícola o alimenticio es muy importante porque garantiza su calidad. El sello advierte que todas sus características son irrepetibles, ya que se deben única y exclusivamente al medio geográfico en el que se generan estas uvas. Por eso es que esta clase de vino solo puede encontrarse y experimentarse en la región napolitana de donde es originario.


 Azienda Vitivinicola Sorrentino 162
Azienda Vitivinicola Sorrentino 162

Allí, las hileras de vid de Campania se rinden a un majestuoso volcán (hoy inactivo) que al erupcionar en el año 79 D.C. destruyó por completo la ciudad de Pompeya. Su cumbre está a unos 800 metros (supo ser el triple de alta) y lejos de evocar el recuerdo de tan trágico suceso, las cenizas lo han transformado en un edén ya que gracias a ellas la tierra es tan productiva. La ubicación de los viñedos se da en forma de terraza, lo que permite una exposición perfecta al sol que irradia de manera uniforme en cada cuartel. Además es un lugar prodigio para los cultivos ecológicos gracias a los buenos vientos que llegan desde el mar en el Golfo de Nápoles.


Este "néctar divino", tan apreciado por los antiguos Romanos, no es solo una anécdota local sino que es parte del patrimonio del país. Y como tal también ha tenido sus destacadas cosechas con reconocimientos internacionales, formando parte de los reconocidos rankings de vinos Robert Parker o The Wine Advocate, entre los más prestigiosos.


El llanto de cristo, sus lágrimas derramadas, dan origen a esta leyenda convertida en vino, en la que lo sagrado y lo profano se mezclan y son la excusa perfecta para vivir este cuento mágico de sabor y fe. Un grato paseo por la cultura y lo sobrenatural, que se sitúa dentro del circuito popular arqueológico entre la antigua ciudad de Pompeya, Oplontis, Stabiae y Herculano. Hacia el lado del mar, las joyas turísticas de Sorrento e islas de Ischia y Capri, completan el escenario de la historia e invitan a descubrir el secreto bajo el monte Vesubio.