Entre Scioli y Macri, el dólar, las encuestas y Kicillof

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 DyN 162
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Hace muchos años que en Argentina no sucedía que, a una semana de una elección presidencial, el resultado aparezca tan impredecible. No tanto por quién las ganaría, Daniel Scioli, ni por quien resultaría segundo, Mauricio Macri, sino por la diáspora de diferentes porcentajes pronosticados, un problema que no sólo afecta a los dos, sino también al resto de los candidatos.

Un reduccionismo simplista sería echarles la culpa a los encuestadores. Otra lectura posible es que la –aparente- falta de una ola arrolladora, tanto de parte del oficialismo como de la oposición, no es culpa de los sociólogos, sino de la realidad. Como fuere, nada de lo que pasa es ajeno a los políticos: el manoseo -y el manejo a veces hasta ridículo que han hecho de las encuestas en la última década- los ha infectado. ¿Cuántos candidatos en privado dudan de los resultados de los sondeos encargados por su propia campaña? Casi todos, por no decir todos. "Nos traen números positivos para levantarnos el ánimo y para que les sigamos comprando encuestas", explicaba el responsable de una las campañas presidenciales.

Como resultante de todo esto, a una semana de las PASO, no hay un desmesurado optimismo en las principales campañas. Después de los fallidos pronósticos de Santa Fe, Córdoba y la ciudad de Buenos Aires, lo que hay es mesura, prudencia y humildad.

Los peronistas –tanto en su versión K como en la sciolista- se congratulaban el viernes al recibir noticias de que estarían 7 puntos arriba de Cambiemos en su conjunto (Macri+Sanz+Carrio). Están también los pesimistas que achican la diferencia a menos de 5 puntos. Y los muy animados, que dicen que están a 2 de los mágicos 40 puntos. Todos coinciden en que la campaña recién comenzará el 10 de agosto, que la victoria no será fácil y que la verdadera elección será el 25 de octubre. Todo un conjunto de obviedades que hace dos semanas hubiera significado una conclusión pesimista. Los tiempos cambian, no todo lo que reluce es oro en el mundo oficialista y habrá que ver lo que sucede en el armado político peronista después de las PASO, resultado mediante.

Kicillof hizo campaña en televisión con ideas que no caen bien en la clase media

¿Qué puede haber frenado –siempre en el caso de que sea cierto- lo que parecía un tsunami K el próximo domingo? Hace dos semanas, en Infobae nos preguntábamos si la oposición estaba en condiciones de capitalizar un inesperado mal momento que afectó al gobierno, sobre todo por la ventana de la economía. El aumento del dólar, por caso, y sobre todo la inacción frente a la suba -o lo que es peor, la negación del fenómeno- están muy lejos de ayudar a un candidato oficialista. La discusión sobre el cepo cambiario, el tema más opinado entre el universo económico y la oposición con los funcionarios el viernes, esta claro que no es el tema con el que el gobierno kirchnerista se siente más cómodo.

Como si todo esto fuera poco, esta semana el mundo K decidió que su primer candidato a diputado nacional por la Ciudad comience a hacer campaña, sobre todo en televisión. Nada mal, salvo por el hecho de que se trata del mismísimo ministro de Economía -responsable entre otras cosas del dólar-, quien protagonizó interesantísimos y hasta fascinantes debates económicos, pero con ideas que se ya se sabe, no caen del todo bien, por no decir muy mal en el electorado porteño; o sea, en la clase media.

Si la amenaza de imponer un impuesto a los propietarios de inmuebles sin alquilar, o la difusión de la lista de quienes pagan ganancias no fueron más que chistes o ideas en serio de Axel Kicillof, poco importa. El daño a la campaña quedó hecho. En el inconsciente colectivo de la clase media arraigó la idea de que se podrían venir otras decisiones del Gobierno su contra. Exactamente todo lo contrario a lo que Scioli necesitaba esta semana, en la que aparecieron números que muestran un repunte del consumo de los argentinos en el mes de julio. Nada del otro mundo, pero sí un significativo cambio de tendencia.

En Cambiemos, el ánimo les permite tolerar hasta 6-7 puntos de distancia con Scioli

Si la campaña oficialista no pasó su mejor semana, se supone entonces que la de su principal contrincante, Macri, fue muy positiva. Para nada... En el mundo amarillo también hay prudencia y humildad. Fueron ellos los principales damnificados por los errores muestrales de la segunda vuelta en la Ciudad. "Después de lo que nos pasó en Santa Fe y en Capital, cada vez que vemos una encuesta, dudamos de todo" dicen cerca del líder de PRO. Igual, se alegran de los sondeos que le dan al espacio completo de Cambiemos una diferencia de 4 puntos por debajo de Scioli: el ánimo les permite tolerar hasta 6-7 puntos de distancia.

"Nosotros tenemos que superar los 30 puntos como espacio y que Scioli no pase de los 36-37. Si logramos eso en las PASO, habremos demostrado que somos competitivos" se ilusiona el macrismo. De más está aclarar que no tienen ningún sondeo que los ubique primeros, ni que discutan que las elecciones del próximo domingo las gana Scioli. Aunque dudan de todo. Hasta de la performance de ellos mismos.

¿Y si los terceros en discordia son más importantes que lo que dicen las encuestas?

Están más que satisfechos con haber instalado la idea de que la fiscalización de la elección es fundamental tanto en las PASO como en la primera vuelta; ni que hablar en una teórica segunda. "No estamos diciendo que habrá fraude, sino que la sociedad tiene que estar atenta para que no suceda", explican. Se ve que la lección de Santa Fe se aprendió rápido en PRO. Habrá que ver si tanto como para lograr movilizar el ejercito de fiscales, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Aunque aquí habría que hacerle un merecido homenaje a Francisco de Narváez, primero, y a Sergio Massa, después: ninguno de los dos se quejó de antemano del problema de la fiscalización en su momento y ganaron el distrito bonaerense, tanto en 2009 como en 2013.

¿Y si la novedad fuera que los terceros en discordia resultaran en un lote más importante del que dicen las encuestas? Es una posibilidad. En ella tienen depositadas todas sus esperanzas Sergio Massa, José Manuel de la Sota, Margarita Stolbizer y hasta los candidatos de la izquierda.

Habrá que esperar. Cada día falta menos para la primera verdadera gran encuesta nacional que serán las PASO del próximo domingo.