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El 30 de julio del año pasado, el gendarme Juan Alberto López Torales se tiró sobre el capot del vehículo de un manifestante simulando ser atropellado. El episodio del "gendarme carancho" fue registrado por las cámaras de televisión y dio lugar a una causa.
De manera ridícula, la investigación se inició sobre el manifestante que condujo ese vehículo, quien tras la actuación del gendarme, fue bajado a golpes y detenido por varios efectivos de esa fuerza de seguridad.
Entre los gendarmes asomó como protagónico Roberto Galeano, un entonces asesor del Ministerio de Seguridad. En las imágenes, Galeano parecía tener poder de decisión en el terreno operativo que se desplegó sobre Panamericana para evitar la manifestación de los trabajadores de Lear.
Los dos fueron citados a indagatoria por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado. Días atrás, Galeano la recusó. Sostuvo que, a raíz de la muerte del entonces titular de la Unidad AMIA Alberto Nisman el pasado 18 de enero, hecho que aún se desconoce si fue homicidio o suicidio, se generó una suerte de enemistad entre el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y la magistrada. En ese sentido, dijo verse afectado por esa situación ya que él mantiene una relación amistosa con el funcionario.
El argumento será revisado por la Cámara Federal de San Martín. Por ahora consiguió posponer la audiencia, aunque fuentes judiciales consultadas dijeron se prevé que el planteo sea rechazado.
Tanto al gendarme como a Galeano se los acusa de falso testimonio al haber intentado simular que el gendarme fue atropellado, privación ilegítima de la libertad y falsedad ideológica.