En su flamante libro "Las estrellas del pasado" (Editorial Sudamericana), el reconocido historiador Daniel Balmaceda compila una serie de anécdotas e historias "menores" pero fascinantes sobre famosos personajes como Victoria Ocampo y Domingo Sarmiento, logrando componer un mosaico alternativo de más de 200 años de historia argentina.
En diálogo con el periodista Luis Novaresio en los estudios de Infobae TV, Balmaceda explicó su interés por el "lado b" de los grandes acontecimientos: "Me intereso por esas perlitas que no suelen estar en las biografías porque son cuestiones triviales o humanas, busco sobre todo en las correspondencias, en los diarios privados y en las presentaciones judiciales. La idea es salirse un poco del documento oficial para llegar a esas pequeñas grandes historias".
"Los dos personajes que más conocemos de nuestra historia son San Martin y Belgrano, y te puedo asegurar que ignoramos muchas cosas sobre ellos. En la medida que avanzo en el estudio de sus vidas, sigo encontrando cosas que me sorprenden", explicó.
Para ejemplificar esta afirmación, el historiador recordó una anécdota sobre el creador de la bandera argentina que aparece en su nuevo libro: "Durante la batalla de Vilcapugio, para cubrir la retirada de 30 de sus hombres, Belgrano tomó el fusil como si fuese Rambo. Y estamos hablando de un abogado, que inclusive cuando ocurrieron las urgencias de las Invasiones Inglesas, contrató a un profesor de tiro porque no sabía manejar un arma".
Balmaceda habló además de la manera -injusta, en su opinión- en que las mujeres han sido ignoradas por los libros de historia al contar los vaivenes de nuestro país y dijo que su libro era una suerte de homenaje a ellas.
"En aquel tiempo, la época de la revolucion, a la mujer se la mandaba a una escuela particular donde tenía que aprender a coser, a cocinar, a bordar, las preparaban para ser la mujer ideal del marido. En muchos casos no sabían escribir, había padres que no querían que sus hijas aprendieran a leer para que no pudieran entender lo que le decían sus pretendientes en las cartas", puntualizó.
Y añadió: "En el colegio, lamentablemente se limita mucho la enseñanza de la historia porque tenés que recorrer períodos muy largos en muy poco tiempo. Uno puede dar un pantallazo, pero está en el profesor ponerle un poco de condimento para que la historia pueda entrarles por otro lado, que no se trate de nada más recordar las fechas y los alumnos encuentren aspectos con los que se puedan sentir identificados".