Rompió el silencio el joven que generó los celos entre Daiana y Katherine

Señalado por la única detenida por el crimen y refugiado en una ciudad vecina, Guillermo Moyano rompe el silencio en diálogo con Infobae. Los amedrentamientos policiales que denuncia, la amenaza de linchamiento, los encuentros sexuales, los dos hombres que vio junto a Katherine en la noche antes de su muerte y los celos de su ex con la joven asesinada: "Daiana amenazó con prenderme fuego la casa"

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 Infobae 162
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"Y bueno, pasó: soy hombre", asegura Guillermo Moyano, de 26 años, peón de albañil y estudiante secundario en una escuela nocturna, algo sonrojado mientras recuerda su desliz. Hoy, por ese desliz, su vida está en ruinas. Fue hace poco menos de dos años. Katherine Moscoso, la joven de 18 años asesinada a golpes en Monte Hermoso la semana pasada, se le había insinuado para tener un encuentro sexual fugaz. Guillermo aceptó: "Ella me buscó a mí", aclara. Se dirigieron a los médanos cercanos, cubiertos de malezas y colas de zorro para un poco de privacidad, según su propio relato. Pero Guillermo y Katherine fueron vistos: una amiga de Daiana Sánchez, entonces novia de Guillermo, se los cruzó en el camino. Daiana le armó un escándalo inmediato, con llanto y platos rotos incluidos. Moyano logró calmarla. Tiempo después, Katherine volvió a él. "Me tocó la puerta tarde a la noche, mis viejos estaban dormidos. Fue un 'toco y me voy'", asegura. Daiana jamás se olvidó, por otra parte. Con Katherine ya enterrada, Sánchez -la única detenida por la muerte de Moscoso tras varias inconsistencias en su relato- decidió apuntar hacia su ex como presunto implicado en su reportaje con La Brújula 24, tras años de celos, reproches y escenas llenas de amenazas.


Hoy, Guillermo ya no vive en su casa de Monte Hermoso, a pocas cuadras del médano en que apareció semienterrada Katherine. Por pedido de su madre, Mónica, tuvo que refugiarse en la casa de un familiar en una ciudad vecina, en donde recibió a Infobae para romper el silencio. Niega toda participación en el crimen: afirma haber estado trabajando, rindiendo examen en la escuela y en su casa en el posible margen de tiempo en que ocurrió el homicidio de la joven. En la noche de la pueblada del sábado 23, en que fue linchado Juan Carlos González, alias "Canini", una turba iracunda se juntó en la esquina de su casa: "Vino una vecina a avisarme que me iban a matar. Yo no me quería ir, era mi casa. Pero mi vieja es especial", afirma. Ya declaró dos veces ante la Justicia y está a disposición del fiscal del caso, Mauricio del Cero, con base en Bahía Blanca, que, según Guillermo, sabe dónde está. Su testimonio se volvió crucial en la causa para apuntar a Daiana.


Así, Moyano se convirtió en algo insólito: la parte elemental de un triángulo amoroso entre dos jóvenes con discapacidades mentales, y el centro de una disputa de envidia entre amigas que puede costarle a Sánchez la libertad. Por el momento, la defensa de Sánchez centra su estrategia en que sea considerada inimputable.


Katherine solía deambular por las calles del barrio Kirchner, en la zona sur de Monte Hermoso. Miraba fijo la casa de Moyano, tarde por la noche. La madre del joven le pedía amablemente que se vuelva a la suya en el barrio Fonavi, donde vivía con su abuela, Marta Mesa, y dos tíos. Su relación con Daiana, con quien llegó a convivir en la pieza que "Canini" le alquilaba a la chica, fue errática, con idas y vueltas marcadas por los celos y el temperamento de la chica.


Guillermo recuerda: "La conocí hace tres años en el barrio Bungalow, donde tenía su casa antes de que se mudara con su hermana Rocío, que tiene una discapacidad mental más prolongada, al barrio Néstor Kirchner. Limpiaba, lavaba, cocinaba, se encargaba de todo, una mina muy buena. Ella se quería ir, laburaba en una guardería y decía que la familia la vivía, que de su sueldo no tocaba un peso. Pero cuando convivimos en lo de 'Canini', un alquiler que yo negocié y que nos cobraba unos 1700 pesos, ella cambió. Dejó de cocinar y de lavar. Por ejemplo, yo me tenía que ir a trabajar. Daiana me cerraba la puerta y me decía: 'No te vas a ningún lado' o 'voy con vos'. Yo me enamoré de cómo era ella, nunca vi una discapacidad." Sin embargo, Moyano vio que la situación era inviable en sus términos y decidió separarse. Buscó suerte en Buenos Aires, pero volvió eventualmente a Monte Hermoso. Allí, la relación con Daiana continuó. Los roces entre ellos a causa de Katherine comenzaron en la primavera pasada: "Me decía: '¡Que venga y te cocine Kathy!' Quería romper el televisor que era de 'Canini', hacía escándalo. Era muy obsesiva, muy posesiva." La pelea, incluso, llegó a la mesa familiar.


Los padres de Guillermo, históricos vecinos de Monte Hermoso, fueron amigos de "Canini" González de toda la vida. En los últimos meses, el joven vio algo en las calles de tierra del barrio Kirchner que le llamó poderosamente la atención: "La veía a Daiana con Kathy en la camioneta blanca de 'Canini'. No entendía qué hacía con el tipo. ¡Y hasta iba Daiana con 'Canini' a lo de mis viejos!". Ahí, Daiana le lanzaba chicanas a Guillermo por haber estado con su mejor amiga. "Si me vas a seguir jodiendo, me voy", le respondía. Ya estaban separados.


Hubo otro momento más tenso: "Me amenazó una noche con prenderme fuego la casa; ella a los gritos en la vereda junto a dos amigas. Tuve que llamar a un patrullero." Los padres de Guillermo en Monte Hermoso y vecinos de la cuadra relatan la misma anécdota. Por lo pronto, la atracción de Katherine hacia él continuaba. "Lindo", le acotó la chica a Guillermo en Facebook, en una foto de perfil, el 26 de abril pasado. "Era linda y buena chica. Yo solo quería sexo. No era provocativa ni insinuante", dice de ella.




Moyano estuvo en la disco Arenas de Monte Hermoso la noche del 17 de mayo, en que Katherine desapareció, aunque testigos afirman haber visto a la chica deambulando por las calles del pueblo el día después. Allí, dice él, "la vi bailando con dos hombres, de entre 20 y 25 años, no la saludé". Tras salir de la disco al alba, Guillermo visitó a Daiana en la pieza que "Canini" le alquilaba: admitió tener sexo con ella. "Yo iba. Si estaba me abría la puerta, si no, no", dice. El jueves pasado, dos días antes de la aparición del cuerpo de Katherine, declaró como testigo en una comisaría en Monte Hermoso. "Dos policías me van a buscar a mi casa. '¿Por qué?', les pregunto, y se me ríen irónicamente", dice: "Ya salí con miedo."



Vienen a verme estos dos oficiales. Todo el tiempo me recalcaban que yo estaba mintiendo, que no me creían. Me decían que iban a venir "los otros" y que "no van a ser tan amables." Yo pensé que me iban a matar a palos. Vienen otros oficiales. Uno me dice: "Si consideramos que estás mintiendo, va a ser diferente". No me agredieron físicamente. Pero me amenazaron, sí. Hablaron de "una bolsa en la cabeza", algo así. Primero me dicen que en mi casa me van a linchar, después esto. Se supone que tengo que sentirme protegido por la Justicia. De nuevo, todo el tiempo me recalcaban que yo sabía algo.



Sí, se lo dije. Me aseguró que no me iba a pasar nada. Tranquilo no estoy. Sentí asombro cuando Daiana dijo que me investiguen.



Yo no sé en qué creer. Sinceramente, no sé quién fue.