'Fútbol caipirinha', el paseo del famoso River Plate por Brasil

Garra, fútbol, serenidad... River volvió a demostrar que se hace fuerte en las difíciles, y está haciendo historia. Boca y Cruzeiro, ambos eliminados con el sello de River, que está para cosas grandes. ¡Te lo firmo en el escritorio que más te guste!

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Prensa River
Prensa River

Nunca vi tan optimistas a tantos hinchas de River. Los más pesimistas me decían "pasamos, me tengo fe, fijate que en esa cancha, los brasileros se comieron los siete de Alemania". Y River demostró carácter, que este equipo sí tiene espíritu copero, como cada vez que fue a La Boca por torneos internacionales. Se le plantó a Cruzeiro desde el minuto 0, sin resignar nunca el ataque, aún cuando los locales ejercieron presión alta en la salida de River. Así llegó el primero, cuando Cruzeiro adelantado dejó espacios para la estocada de 'Teo', que por fin apareció para desequilibrar, demostró su visión de juego y tuvo la generosidad para dejar a Sánchez solo para definir.

La actitud en River es innegociable. Eso ya está por demás claro. Pero además, en Belo Horizonte, volvió a aparecer el juego, por volumen, por generación de situaciones, por trato de pelota. A la garra que el equipo de Gallardo viene metiendo, se le sumó el juego que nos gusta a los hinchas de River (¿y qué hincha del buen fútbol puede decir que no le gusta?)

No puedo hablar de los mejores, uno, dos o tres, porque los once estuvieron por encima de los 6, 7 puntos. Con Ponzio, Sánchez, Funes Mori y 'Teo' en niveles altos, con Rojas, Mora, Kranevitter y Maidana a la par, y sin fisuras en la tarea de Vangioni, Mercado y Barovero. Es el mejor partido, cuando no podemos destacar a uno muy por encima del otro. Cuando pasa eso, es porque el equipo funcionó como tal.

Sin grandes individualidades, sin figuras que brillaron en Europa y que vengan a boquear. Con el espíritu del sacrificio y la colaboración, con la concentración para entrar seguros a la cancha, sabiendo que podían hacerlo. No importaba que estuvieran en Brasil, que Cruzeiro nos ganara tres finales, que nos ganaron 10 partidos... River se plantó y le pegó un baile histórico. Es que este equipo de Gallardo parece destinado a revertir las rachas negativas, las pocas que tenemos, y hacerlo con autoridad, sin que nadie lo ponga en duda.

En los 90 minutos, el equipo estuvo concentrado para hacer lo mismo que contra Boca: no dejarlos jugar, y meterles peligro cuando menos lo esperan. Si River tuvo algún momento de desconcentración, fue cuando Cruzeiro no generó amenazas. Nos patearon muy poco al arco, y cuando parecía que Barovero estaba vencido, aparecieron los palos –hasta un travesaño-palo increíble-. ¿Acaso la suerte del campeón?

Esperaba a Pisculichi de entrada, para aprovechar la pelota parada, pero el ingreso de Rojas demostró, una vez más, que la posición de los jugadores en la cancha está siempre atada a la intención de juego que tenga el equipo. Así como el 'doble cinco' de Kranevitter-Ponzio en el Monumental contra Boca demostró que servía para atacarlos, en Brasil el rol de Rojas fue fundamental para cortar y verlo en ataque, en varias jugadas. Una vez más, aplausos para el Muñeco y sus decisiones.

A celebrar este pase a semifinales de la Libertadores, y a no olvidarse de los 'primos', que también ganaron por la Copa –la de cabotaje-, aunque les costó más que a River en Brasil, frente a un equipo que tenía a un mozo de arquero. Y bueno, cada uno festeja lo que tiene, las cosas están en su lugar.

¡Gracias, River!