Habla la abuela de Katherine Moscoso: "Estoy segura que alguien la entregó"

Marta Mesa, la mujer que crió a la adolescente asesinada, rompió el silencio en diálogo con Infobae. La triste historia familiar y el triángulo amoroso con su amiga Daiana Sánchez. "Esa negra amenazó con cagarme a palos", le dijo la joven a su familia

Compartir
Compartir articulo
 Infobae 162
Infobae 162

Durante más de quince años, Katherine Moscoso durmió en la misma cama junto a su abuela materna, Marta Mesa, de 63 años; lo hizo hasta la noche antes de desaparecer. Ahí, Katherine hablaba. Le contaba a su abuela de sus planes de casarse y de tener un bebé, de los juguetes que encontraba en la calle y conservaba para su hipotético hijo. "Yo no lo voy a abandonar", le decía "Kathy" a su abuela. Quizás, la frase resonaba con su propia historia.

Nunca había conocido a su propio padre biológico; le decía "papá" a su propio abuelo, Mario Víctor, fallecido hace dos años. Su madre biológica, Vanesa Edith Moscoso, vive en Coronel Dorrego, a poco menos de cincuenta kilómetros de distancia. El vínculo entre ambas es al menos distante también. "Mi hija formó pareja hace años con un camionero. No viene siempre", se lamenta Marta, y sigue: "Tuve la tenencia provisoria de mi nieta, tramitamos la permanente. El papá verdadero de ella nunca la reconoció, estuvo preso, salió del penal y lo mataron, parece que lo mató la misma policía. Y mi hija me la dio para que la críe, a ella y a su media hermana, Macarena. Su madre habría querido vivir con ella, dicen otros familiares de Katherine, pero su pareja, el camionero, habría sido el problema.

Así, Marta formó un vínculo elemental: le consiguió a Katherine, por ejemplo, un psicólogo que ayude a estimularla con su retardo madurativo leve, una condición de nacimiento. "Hizo terapia hasta los doce años. Después no quiso ir más. Era como una chiquilina. Pero cantaba, memorizaba bien. No podía mandarla al almacén, volvía con cualquier cosa", cuenta Marta. Trata de no romper en llanto mientras habla con Infobae, entre paredes con humedad y un calefón destartalado, con la foto de su nieta en su vestido de quince todavía pegada con imanes en la heladera. Ella misma salió a buscarla luego de su desaparición: le preguntó a Juan Carlos González, alias "Canini", el hombre linchado en la pueblada, donde estaba Katherine.

"Lo conocía de vista, sabía que era pocero, que había enviudado y que la mujer hace años lo había echado porque andaba con mujeres. Si era proxeneta como dicen, no lo sé. Le dije en la misma casa donde lo mataron si había visto a Kathy. Me dijo que no; no se le movía un pelo. No quería que a ese hombre lo maten así", afirmó. Alexis Banegas, un primo de Katherine, está detenido e imputado por el hecho. Y a cinco días de la pueblada del sábado último que arrasó Monte Hermoso luego de que la chica fuese hallada muerta a golpes en un médano, con un pueblo lleno de intrigas, Marta no sabe de quién sospechar: "Estoy seguro que alguien la entregó, o que no se prestó a algo y por eso la mataron. Quizás la querían cambiar por droga". La vio por última vez el domingo 17, mientras se iba a la disco Arenas. "Yo no le había dejado ir a bailar, se había armado un bolsito con un pantalón de jean y una remerita", recuerda.

No habla con odio sobre Daiana Sánchez, de 24 años, también con un retardo madurativo, íntima amiga de Katherine y la única detenida por el crimen hasta hoy. Daiana era una presencia constante en su casa. "Todo el tiempo venía", dice. Niega que su nieta durmiera asiduamente en la pieza sin baño en donde vivía Daiana: "Iba muy de vez en cuando, quizás más en la temporada cuando vienen los turistas", afirma.

Pero el testimonio de la joven detenida ante el sitio La Brújula 24 en Bahía Blanca se volvió algo escalofriante para Marta y su familia: allí, reconoció los celos que le tenía a Katherine y le endilgó el crimen a Guillermo Moyano, un joven de 26 años que fue su novio. Katherine misma le reconoció a su abuela: "Él me dijo que estoy buena. Tengo códigos. No voy a andar con el hombre de mi amiga." Otros familiares de la joven reconocen que finalmente algo pasó, hace un año atrás: "Fue una sola vez y él estaba borracho", dicen en la casa de los Moscoso, algo atónitos. La enemistad entre ambas chicas fue inmediata. Un familiar reconoce que Katherine dijo, llorando: "Esa negra amenazó con cagarme a palos". Hubo paz entre ambas en los últimos tiempos, al menos a simple vista; días atrás, Daiana pasó a buscar a Kathy para invitarla a cenar una pizza casera. Pero cuando comenzaron los rastrillajes, las sospechas de los Moscoso llegaron hasta la jefatura de Policía local: apuntaron a Jonathan, policía y medio hermano de Daiana. Una prima de Katherine le pidió a un comisario que Jonathan no participe de ninguna búsqueda.

Días atrás, la chica le decía a su abuela estar enamorada de un joven: "Estoy buscando su número de teléfono", le decía sonrojada. Se habla también de J.G, un chico menor de edad, nieto del hombre linchado el sábado pasado: varios testimonios lo complican. Si ese joven del cual gustaba Katherine es J.G, ni su abuela ni otros familiares lo saben decir. Por lo pronto, Marta recibe visitas de primos, de vecinos, de trabajadoras de Desarrollo Social del municipio local. Tuvo que ir de urgencia al hospital esta mañana: no se sentía del todo bien.