Andrea Grobocopatel se asume como una mujer optimista. La empresaria y presidente de la Fundación FLOR -Fundación por Liderazgos y Organizaciones Responsables- considera que siempre las cosas pueden ser mejores. Y además lo piensa desde un lugar de profundo compromiso: ella misma se asume como parte del problema y la solución.
La fundación FLOR nace en el 2012 para pensar cómo cambiar a los líderes y a las organizaciones en la Argentina, en América Latina y el mundo. Al respecto, resalta Andrea: "No estamos haciendo bien las cosas".
En el marco de una empresa familiar (Los Grobo) y desde su lugar de mujer líder ella guardaba aprendizajes para compartir, más allá de las prácticas de gobierno corporativo que ya impulsaba la empresa familiar agropecuaria.
Es por eso que necesitaba encontrar una plataforma desde donde comunicar y trabajar para profundizar estas ideas.
El logo de FLOR de alguna manera refleja estos conceptos, una flor y una flecha hacia arriba. La mezcla de una inyección de optimismo y los diferentes pétalos que reflejan la diversidad, que para Andrea Grobocopatel es sustancial trabajar.
Todos tenemos algo para aportar para que las decisiones sean más sustentables.
En esta primera etapa desde FLOR nos queremos centrar en las mujeres que están en lugares de decisión . Ayudar a perforar la conocida teoría del techo de cristal. Es decir, en la actualidad, muchas mujeres trabajan en las organizaciones, pero no todas llegan a ser verdaderas líderes.
También en FLOR la idea es apostar a las mujeres emprendedoras. Resalta Andrea Grobocopatel: "No creo que las mujeres seamos mejores que los hombres, pero sí que necesitamos más mujeres en los lugares de decisión".
Andrea es una verdadera mujer multitasking: además de una madre dedicada a sus cuatro hijos, en la empresa agropecuaria Los Grobo cumple eficientemente con su rol de accionista y directora.
Y a pesar de que lleva el apellido de la empresa familiar, ella remarca que supo hacerse su lugar sin privilegios. Y por eso desde siempre estuvo conectada con la problemática de las mujeres líderes.
En primera persona escribió su libro Pasión por hacer, donde relata su historia y vivencias como ejecutiva .
"Me gusta sentir que estoy colaborando con el cambio para tener mejores líderes y organizaciones más responsables".