"Los jueces quieren ser psicólogos"

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La autora es psicoanalista y miembro de Usina de Justicia


La frase del título la dijo un candidato presidencial en desayuno de trabajo en Usina de Justicia.

Y si esto es así, estamos en un problema porque nos quedamos sin jueces.

¿Y si hacemos un ordenamiento de léxicos e ideas? Para no seguir mezclando peras con manzanas. Por ejemplo: todos sabemos qué es un infarto y eso no nos hace cardiólogos y mucho menos nos autoriza a hablar como tales.

Parece obvio, pero no lo es tanto para un ex juez, según dicen, de innegable formación jurídica pero absoluta ignorancia del saber psicológico y más aún del saber de lo psíquico.

Estoy hablando de Eugenio Zaffaroni, a quien yo no podría negarle sus antecedentes académicos, por falta de idoneidad.

Lo que sí puedo definitivamente señalar es su desconocimiento de lo psíquico, delicado saber si los hay, para aclarar con precisión de conocimiento que a Freud no le caería bien lo que Zaffaroni le hace decir.

Tomando sólo un párrafo de sus varias publicaciones, en referencia al familiar de una víctima de la inseguridad, Zaffaroni dixit: "El peso de la culpa irracional provoca una extroversión que proyecta la responsabilidad en alguien o algo, es decir en un objeto externo... Culpa por no haber podido salvar a su ser querido y tras el hecho traumático se considera a sí mismo responsable de lo acontecido...Cautivo de una emoción introyectada e intropunitiva el deudo se siente culpable y como ignora qué hacer con esa emoción con la que se autocastiga la proyecta en objeto exterior, el homicida en quien recae esa culpa originariamente sobre sí mismo".

Esto es un verdadero disparate semántico, erróneo de contenido veraz con el uso de un léxico técnico que malversa su significado de origen, clínico, en su totalidad, extrapolado al ámbito de lo jurídico, invalidando el significado y el contenido de la interpretación.

Culpa, Introyección, Proyección, Autocastigo, Objeto Exterior, son mecanismos del Inconsciente y la forma que tienen de aparecer es bajo tratamiento psicoterapéutico aunque sean palabras que usa el popular colectivo.

En su verdadero significado, no está al alcance de cualquiera interpretarlos o descubrirlos; la mayoría de las veces dicho contenido es SIMBÖLICO y DESPLAZADO de su status original: por ejemplo, en una sesión psicoterapéutica puede un idóneo decir "usted está preso de su propia culpa" y eso no coloca a la persona dentro de un calabozo, eso es lo simbólico.

No es lo mismo patología que delito y no es lo mismo juzgar que diagnosticar, tampoco es lo mismo repetir que reincidir.

No es lo mismo la interpretación conductual en el ámbito íntimo de la clínica psicológica que el forzamiento de su extrapolación al ámbito de lo jurídico.

En primer lugar, frente a un hecho luctuoso irreparable, no son los deudos los que deben someterse a interpretación alguna; es salvaje aceptar que los dañados por el arrebato de su ser querido sean transformados en futuros vengadores de un "no responsable" del hecho.

¿Quién autoriza a Zaffaroni a verter semejante omnipotencia de ideas con tanta ignorancia?

Patología es enfermedad (física o mental) que padece una persona. Si bien la frontera entre enfermedad mental y delito es un borde delicado, no todo enfermo mental es delincuente. Para categorizar el psiquismo humano, el pasar del pensamiento o idea al acto, condiciona la clasificación imprescindible para ser considerado un delincuente. No es lo mismo decir "lo quiero matar" que portar un arma por si fuera necesario usarla.

Calificar la "intención" para morigerar la pena es paradojalmente el reconocimiento de que el individuo que la porta es posible que la use o sea hay "intención latente".

De los atenuantes se ocupan los abogados, de determinar una personalidad peligrosa para sí mismo o la sociedad, se ocupa el experto (perito psicólogo, psiquiatra si fuera necesario) pero nunca un abogado por más Juez de la Corte que haya sido o por mucho Derecho que haya estudiado. El saber de un Zaffaroni no alcanza, y su intención de que tengamos un código penal del desarrollo moderno primero necesita el orden jurídico acorde a dicha modernidad.

Sin embargo su abolicionismo penal nos transforma en desamparados del orden social.

Diagnosticar (hablando de salud/enfermedad) es determinar o identificar mediante el examen de signos y síntomas que una persona presenta ante una situación de enfermedad posible.

La interpretación jurídica para calificar un delito, si necesitara interpretación psicológica para calificar debiera ser hecha bajo el asesoramiento del idóneo para que el juez falle desde su saber y no desde la interpretación conveniente de lo que quiere previamente fallar; esto nos deja sin juez y un abogado no está calificado para eso.

En otra acepción del término, diagnosticar es examinar una cosa, un hecho o situación para buscar una solución a un problema o dificultad.

¿Es una solución hacer de la justicia una puerta giratoria aboliendo sistemas de penalidad?

Desde el populismo utilitario ¿es reivindicar a un delincuente devolverle la libertad que no supo cuidar, justificando que asesinó porque le tocó una vida dura?

Si no se quiere "estigmatizar", ¿no es ofender la pobreza justificar el delito por esa condición?

Hay pobres dignos que no delinquen y hay ricos delincuentes que ostentan impunidad crónica en cargos públicos como el mismo ex juez frente a su propia vida de honestidad dudosa. Su pasado lo condena, en dictadura militarm y su presente lo termina de exponer con prostíbulos de su propiedad.

Imprescindible es que un hombre de ley juzgue, defienda o represente a la sociedad según la función jurídica que tenga asignada; de lo contrario nuevamente quedamos desamparados del orden social.

Cuando un Zaffaroni defiende a un juez como Axel López, que por la liviandad de su martillo falló a favor de un violador y asesino que se encargó de mostrarnos, en su reincidencia, que su deseo era el delito cometido y con intención de tal, nos queda por aclarar en nuestro léxico que reincidir no es repetir.

Y vuelvo con el saber de lo psíquico para decirle a Zaffaroni y a Axel López que si no entendieron esto, no entendieron nada, y llamarse a silencio sería un gesto reparador ante tanto desorden perversamente ordenado por él y otros en la última década perdida.

A saber: Repetir es un término que aporta Sigmund Freud desde la disciplina de su creación, el Psicoanálisis, como un mecanismo inconsciente que se despliega bajo tratamiento para no recordar experiencias infantiles que puedan ser dolorosas y que también puede aparecer en otras situaciones de la vida sin saber uno mismo qué se está repitiendo.

En primer lugar, en el delito faltaría la condición de "bajo tratamiento" y para continuar, dicha repetición no tiene formas de lo idéntico sino que acude a lo simbólico. Por ejemplo, un delincuente mata a un padre frente a su hijo menor de edad para lograr su cometido ¿éste representará a su propio padre?, habrá que investigar bajo condición de tratamiento; lo que no estaría en duda es el homicidio.

En otro caso, alguien viola y mata y además procura no ser descubierto para no ser apresado, esto es porque fue su intención (es consciente) y sobre todo volverá a hacerlo si fuera necesario (reincidiría) para zafar de la punición que él mismo sabe que le toca si es descubierto en su delito. Esto lo hace consciente de su acto, represente lo que represente, en su inconsciente, dicho acto.

Esto, es "reincidir" y lo hace peligroso para la sociedad; es necesario que el juez lo sepa, porque si no, otra vez quedamos desamparados del orden social.

¿Queda claro que, cuando se importa léxico de una disciplina a otra, es necesario como mínimo saber que se quiso decir con esas palabras y en qué contexto?

Un contexto psicoclínico no es un contexto jurídico y un Zaffaroni no está a la altura ni de un desconocido experto del saber de lo psíquico.

Ser famoso no es ser sabio y los sabios, por lo general, no quieren ser famosos.

«El tribunal no te acusa, no hace más que recibir la acusación
que tú te haces a ti mismo». (G. Agamben)

Un presidenciable, en tiempos electorales, me alivió con la simple idea de que los jueces vuelvan a juzgar y los psicólogos, psicoanalistas y psiquiatras sigamos trabajando de lo que sabemos y acudamos en su ayuda cuando nos necesiten.