Mientras ellos buscan complicidad de la TV, Boca sumó otra virtud: carácter para sobreponerse

Suena irrisorio que nuestro clásico -de Súper ya no tiene nada- esté pendiente de un cambio y busque modificar fechas. Ya tuvieron de aliados a los jueces, que los beneficiaron y mucho, y ahora van por un guiño de la TV. Independientemente de ello, Boca superó un partido muy chivo ante Lanús. El "Vasco", desde lo estratégico y luego declarando, ganó por goleada

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Lamentablemente, uno se ve obligado a comenzar este espacio hablando de la intención de nuestro clásico rival (desde el 26-6-2011 dejó de ser 'Súper') de querer modificar las fechas de los Octavos de Final de la Copa Libertadores. Cuando desde siempre se supo que se jugarían 6 y 13, surge el interés del cambio de ellos al 7 y 14. Una modificación que la TV, buscando una paridad que hasta el momento no se nota entre ambos conjuntos, y que por miedo a que se repita el último papelón del verano con tantos goles como dedos tiene una mano, avalaría.

De ahí se desprende tamaño enojo por parte de Rodolfo Arruabarrena, quien sabe internamente que da igual jugarlos un día más o un día menos, pero que el hecho de que tenga cara de bueno, no significa que sea tonto... El "Vasco" ve que acá hay una mano negra, que se está ensuciando el terreno, como ya ha pasado en los últimos clásicos donde los árbitros dieron la nota beneficiándolos, o mejor dicho, perjudicando claramente a Boca.

Sin embargo, desde este lugar no voy a recaer en cómo ellos cambian a los hombres de negros por una complicidad de la TV, sino en el gran andar de Boca. Ante Lanús, el equipo volvió a demostrar que tiene todo para repetir, e incluso mejorar, la actuación del verano y dejarlos CINCOmentarios. Porque si había algo que le faltaba a este grupo para seguir superándose era esto que sucedió ante el "Granate": comenzar perdiendo desde el minuto de juego. Y que encima el conjunto de enfrente sea uno tan duro como Lanús, todo toma aún más valor.

Boca tuvo mucho carácter y no sólo dio vuelta el resultado, sino que lo hizo jugando de gran manera. Metiendo, sí, pero también sabiendo a qué jugar. Se adueñó de la pelota, fue paciente y golpeó en los momentos justos. Así como mostró habilidad declarando, el "Vasco" tuvo la visión perfecta para cambiar justo a tiempo. El partido estaba para perderlo fácilmente. Hasta el golazo de Carrizo, a los 17 minutos, el equipo estaba totalmente perdido y se veía desbordado por un local que lo controló y pudo aumentar.

Mejoró con la cabeza de "Pachi", pero sobre todo por la mente del DT, quien en el entretiempo hizo un cambio tan ambicioso como perfecto, que le movió la estantería al elenco de los "Mellizos". El ingreso de Castellani por Cubas fue una decisión muy acertada porque buscó quitarles el balón –que Boca no tenía- con la posesión. Por supuesto que fue muy arriesgado, porque se jugó hasta el final sin un volante central, el denominado clásico '5'. De ahí viene la gran apuesta de Arruabarrena.

Desde la tenencia de Castellani, quien volvió a jugar otro gran encuentro y ya se ganó un lugar entre los concentrados para el clásico, sumado al adelantamiento posicional de los defensores que cortaron todo, y a la velocidad de los delanteros, sobre todo Pavón que la rompió toda y debe seguir de titular, Boca doblegó a Lanús hasta domarlo.

Se sufrió porque como se dijo la apuesta fue grande y se corrió un riesgo importante. Y ahí es donde hay que destacar otra gran actuación de Guillermo Sara, quien tuvo tapadas de gol y ya no caben dudas de que se ganó la chance de jugar el clásico. Por lo que se vio, Orion debe esperar. Como Arruabarrena declaró en varias oportunidades, con los rendimientos los jugadores se ponen o se sacan. Y Sara dio sobradas muestras de merecer estar.

El único punto oscuro en este duelo fue los yerros de Daniel Osvaldo, que como es crack le alcanza para zafar del aplazo con un ataque de inspiración y una habilitación para que Pavón marque el segundo. Sin embargo, el centrodelantero erró mucho. ¿Exceso de confianza? Puede ser. Pero él más que nadie sabe que el delantero vive de goles y que a veces es mejor meter el puntín y a otra cosa. Más allá de esto, fue clave aguantando y dando ese pase-gol al juvenil.

Se vienen dos semanas para ajustar detalles, pero con este Boca da para estar más que tranquilo. Esta vez le sumó esa cuota de paciencia, carácter y riesgo que requiere todo club grande y con ambiciones. Está todo dado para que se superen los tres clásicos con final feliz. Que ellos sigan buscando artimañas en la TV, que nosotros tenemos con qué para repetir lo del verano y dejarlos CINCOmentarios.