Desde que entró en vigencia la reforma del Código Civil, en agosto de 2014, se eliminaron las restricciones a nombres no incluidas en la nómina oficial. Tras este cambio, ahora el Registro civil porteño ya no exige un trámite especial para aceptar nombres fuera de lo común.
Así, los padres ya pueden elegir el nombre de su preferencia para sus hijos y no importa su origen. La única limitación es que no "lesione el honor" del bebé ni resulte ofensivo. Antiguamente, debía coincidir con alguna de las 9.807 opciones incluidas en un listado oficial y en el caso de que los padres quisieran otro, debían pedir una autorización especial.