El Gobierno alienta la especulación financiero pero quiere más consumo

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 Télam 162
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Los deseos de mayor demanda interna chocan con el plan económico. Mientras la Presidente de la Nación utilizó la cadena nacional para anunciar medidas que estimulen las ventas, el Banco Central alienta operaciones muy atractivas que no hace difícil decidir entre comprar un lavarropas o colocar el dinero en un bono en dólares, divisas o acciones.

Si algo le faltaba el menú para hacer de los bancos una empresa rentable que asume escasos riesgos, aparecieron los BONAC, los bonos del Tesoro Nacional a entre 12 y 18 meses de plazo. La idea del Ministerio de Economía era licitar $3.000 millones pero como la tasa que pagan supera el 26% anual, recibió ofertas por más de 7 mil millones y captó $5 mil millones.

Para los bancos, es una cadena de la felicidad porque dinero que toman a plazo fijo de los ahorristas se lo colocan al Estado que se ha convertido en el mayor y casi único tomador de créditos de la plaza. Los créditos personales brillan por su ausencia y los de las empresas también, una demostración de que no piensan en producir y consumir.

El mercado de descuento de cheques ha desaparecido por los riesgos y por las tasas de 7% mensual. Las ventas en shopping y supermercados cayeron más de 7% en términos reales. La caída del salario y la presión impositiva tomaron como víctimas al consumo. Por eso los bancos están contentos de haber encontrado en el Estado a su mejor cliente. Las sanciones al Citibank no les preocuparon ni los desalentaron: saben que son tan poco sólidas que la Justicia las desmantelará en poco tiempo como sucedió antes con el Banco Macro.

Además, si las intenciones del Gobierno se plasmaran en una mayor demanda de bienes durables, que son los movilizadores de la economía, las empresas chocarían contra las limitaciones que impone la Secretaría de Comercio para importar los insumos que necesitan para fabricar los productos que demanda la gente.

La emisión de dinero, los subsidios al dólar ahorro para evitar la escalada del marginal y mantener el retraso cambiario, las expectativas de cambio de gobierno, la emisión de nuevos bonos en pesos a tasas atractivas y el cepo cambiario, se confabularon para que los gobernantes quedaran atrapados en sus propias medidas. La economía, lejos de transformarse en la cadena de la felicidad, se convirtió en un enemigo que los rodea.

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Repunte del Merval

La resurrección de la Bolsa del viernes, confirma la parábola. Se negociaron $206 millones y después de un inicio incierto se afirmó al final y terminó con un alza de 1,26% en el promedio de las acciones líderes.

Las dos ruedas anteriores de fuertes bajas quedaron en el olvido, porque hubo que adelantar la toma de ganancias ante la huelga del martes. Muchas empresas y tenedores privados salieron a vender sus acciones anticipadamente para hacerse de efectivo para poder pagar sueldos, impuestos y créditos que vencen a fin de mes, el día del paro.

Las acciones de Pampa Energía, el papel más castigado, rebotaron casi 5%, Comercial del Plata recuperó 8,42%. En Wall Street, los ADR's de Pampa avanzaron 2,47%. Todo quedó como antes.

El mercado se prepara para esta semana de tan sólo dos ruedas hábiles, para volver a tomar posiciones en papeles privados.

Un detalle que no pasó inadvertido fue que las grandes caídas de acciones del miércoles y jueves, fueron con escasos negocios, señal de que los tenedores de acciones no están dispuestos a venderlas si el precio no los satisface. Este acto muestra la solidez de un mercado que juega con el diario del día siguiente, porque el Banco Central le garantiza que el dólar libre se va a mantener controlado cerca de los $13, aunque tenga que utilizar todas las reservas en ese propósito.

Se sostienen las reservas en divisas

El viernes, las entidades vendieron a sus clientes, u$s22,24 millones para ahorro, el monto más elevado de la semana. En lo que va del mes se entregaron a clientes, con autorización de la AFIP, alrededor de u$s430 millones, a los que habrá que agregarles los que venda en la rueda del lunes.

Después volverán las elevadas compras del público porque con el sueldo en la mano, vuelcan los excedentes a dólares para pagar alquileres o para hacer la diferencia en el mercado marginal donde el dólar libre bajó un centavo a $12,79 pesos. El inquilino paga $10,60 por el dólar en la ventanilla y el arrendatario se los toma al valor del mercado libre.

Todo lo que hoy se negocia en la Argentina, es una apuesta al futuro donde desaparece el modelo económico del presente. Por eso los bonos en dólares con legislación argentina, siguen firmes en el Mercado Abierto Electrónico (MAE). Los va a pagar el próximo Gobierno y dan una renta superior a 14 por ciento.

En el Forex-MAE, el principal mercado cambiario mayorista, esta vez el Central no intervino y por la magia de los números, después de haber pagado u$$s55 millones por la importación de energía y cancelar deuda con el BID y el Banco Mundial por u$s81 millones y con el precio del oro sin cambios en u$s1.198 por onza troy, las reservas subieron u$s1 millón, a 31.457 millones de dólares.

Esta semana será corta, pero dará señales para saber lo que sucederá en la segunda semana de abril cuando los mercados vuelvan a funcionar a pleno. Las apuestas suben a medida que se acerca octubre y al Central le cuesta cada vez más contener el precio del dólar.

La quietud del dólar no sólo se está logrando en base a quemar reservas, sino sacrificando el consumo. La Tarjeta SUBE y el plan canje de electrodomésticos, aparecen como armas inocuas para revertir esa situación, donde aparece más atractiva la especulación financiera.