Kirchner y Macri, frente a la misma encrucijada

Daniel Scioli y Gabriela Michetti podrían ser sus sucesores. Escenario que los deja ante un escollo rudo: la posibilidad de ganar en los papeles pero perder en los hechos

Compartir
Compartir articulo
 Nicolás Stulberg 162
Nicolás Stulberg 162
 Nicolás Stulberg 162
Nicolás Stulberg 162
 Nicolás Stulberg 162
Nicolás Stulberg 162

Cristina y Macri lograron instalar, pese a lo que venga de ahora en más, una realidad indubitable. Un triunfo del gobernador bonaerense en una eventual interna del Frente para la Victoria y de la senadora del PRO en la cruel batalla con Horacio Rodríguez Larreta, analizados desde la lógica partidaria, significarían una rotunda victoria de la Presidenta y del jefe de Gobierno de cara a las generales de octubre. Pero los reiterados desaires y la resistencia de la Casa Rosada a la candidatura de Scioli, y el explícito y contundente apoyo de Macri a la postulación de su jefe de Gabinete dejaron a ambos en una posición molesta.


Hay dos hipotéticas fotos que ni la política ni los analistas imaginan: la de Cristina exultante ante un triunfo del mandatario bonaerense en las primarias de agosto, y la del jefe de Gobierno rodeado de globos multicolores junto a una Michetti vencedora en la interna porteña de abril.


Distintos planos, diferentes escenarios, la misma encrucijada: la Presidente y Macri frente a una victoria pírrica. Desnudos ante una derrota decorosa.


Hasta ahora, Cristina y el líder del PRO y precandidato presidencial hicieron denodados esfuerzos para dejar en claro que la primera no tolera a su candidato con más chances de retener la Presidencia, y el segundo que está dispuesto hasta a inmolarse para que la dirigente con más aceptación detrás de él no le arrebate la ciudad de Buenos Aires. Demasiada osadía para un calendario tan crucial como el de este año.

Sin embargo, pareciera que Macri carga con la mochila menos pesada. Al menos así lo indican sus últimos movimientos del viernes. Vía Facebook terminó de sentar posición: oficializó su apoyo definitivo a Rodríguez Larreta y echó por la borda, una vez más y brutalmente, la candidatura de Michetti. El espaldarazo del jefe del PRO a su jefe de Gabinete se explica por dos argumentos lacrados con el sello de los cráneos del macrismo. Que la interna porteña se dirime voto a voto y que la palmada del ex presidente de Boca Juniors termine de inclinar la balanza, es el primero. Y que los números que estudiaron una y otra vez en la nueva sede de Parque Patricios lo dan a Rodríguez Larreta arriba.

La contraofensiva de Michetti, sola y desencajada, es estrictamente contraria a los argumentos de casi todo el PRO. Jura que lo de Macri fue un error, y que los cuatro sondeos encargados por ella la ubican varios puntos por encima del jefe de Gabinete.

Si Macri carga con una mochila menos pesada que la de Cristina se debe a que el retener su distrito con Rodríguez Larreta –una chance real- le propina un envión extra a su carrera presidencial. Y porque si finalmente se impone Michetti, a pesar de que el análisis posterior será "Macri perdió", el PRO se va a encargar de maquillar la derrota.

Lo de la Presidente es un tanto más complejo: no lo quiere a Scioli, y punto. Va a intentar hasta el último minuto anterior al cierre de listas de las PASO de que el gobernador quede en inferioridad de condiciones. Cuál es el límite, todavía, nadie lo sabe.

Las versiones son variopintas. Que le podría pedir al gobernador que la acompañe en una lista de legisladores del Parlasur. O en la de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. O directamente cortarle el teléfono y excluirlo de la interna del Frente para la Victoria.

En cualquiera de las versiones, Scioli quedaría herido. En las dos primeras porque debería enfrentarse, por primera vez en la década ganada, a la disyuntiva de decidir si "traiciona" o vuelve a escudarse en la lealtad. La última opción, que el gobernador, sus operadores y parte del peronismo empezaron a analizar hace tiempo, es la menos dañina. Es cierto que una enorme porción de sus votos le pertenecen al kirchnerismo. Pero no es menos cierto que la figura del bonaerense es atrayente y que un pedazo de la torta del peronismo –en especial intendentes y gobernadores- lo respalda. Sin mencionar una supuesta alianza con Sergio Massa, para la que trabajan a contrarreloj varios lobbistas del peronismo, entre ellos Juan Carlos Mazzón.

Algunos de los colaboradores más cercanos a Scioli se inquietaron con más énfasis en los últimos días frente al gobernador. "¿Ya garantizaron algo?", quisieron saber, de cara a un ex motonauta impertérrito. "No, pero va a estar todo bien", respondió.

Cree que todo va a estar bien porque está seguro que es la carta más ganadora de Cristina. La Presidente lo sabe. Pero también piensa, con razón, que la victoria de Scioli es su derrota. El mismo dilema que Macri, diferentes actores.