Si hay un aspecto que aparece como común denominador en la vida del hombre moderno es el trabajo y sus múltiples derivaciones, ya sea para el que lo disfruta como para quien lo padece. Esa actividad hoy se ha convertido en uno de los grandes ejes que constituye y modela la propia identidad, creando patologías y rutinas que no siempre resultan beneficiosas.
Alejandro Melamed, contador público, autor de varios libros que abordan el mundo laboral, con una vasta trayectoria en importantes empresas del sector privado, se propone en el flamante "Historias y mitos de la oficina" (Planeta) derribar leyendas y compartir anécdotas consejos para mejorar la vida en el trabajo. "Hoy está comprobado que las fuentes de motivación no son sólo económicas, sino que pueden ser las más diversas" aseguró en esta charla con
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-¿Por qué el trabajo se ha convertido en un gran tema en la vida de las personas?
Gran parte de nuestro tiempo útil lo pasamos en el trabajo; y no sólo eso, en nuestro tiempo libre también nos dedicamos a cosas relacionadas con nuestro trabajo. Estamos tan involucrados que buscamos la manera de disfrutarlo al máximo, tratando de sacarle el mejor provecho. Creo que uno de los factores que ayuda mucho, pero que también puede perjudicar, es la tecnología, porque lo que hace es generar un mecanismo por el cual estás las 24 horas conectado. La tecnología ha hecho del celular una extensión de nuestro cuerpo, uno prefiere perder los documentos que el teléfono. En definitiva, esto nos hace estar en conexión permanente, en alerta, y eso puede llegar a tener consecuencias en otros ámbitos de nuestras vidas.
-¿La única motivación que existe en el trabajo es el salario?
Yo creo que para algunas personas, sí. Hay una regla nemotécnica que podemos usar y es que la gente trabaja por las 4 "p": plata, poder, prestigio o placer. La pregunta es por cuál de las "p" trabajás vos. Hay gente que trabaja por plata; otros, por placer. Hay múltiples factores por los cuales trabaja la gente. ¿El dinero es importante? Por supuesto que lo es. Si vos no tenés para comer, para pagar la escuela de tus hijos o el alquiler, la plata pasa a ser lo más importante. Sin embargo, hoy está comprobado que las fuentes de motivación son más diversas. Hay estudios de Harvard que indican que cuando la persona llega a su nivel de supervivencia, ya pasa a buscar otras cosas que lo motivan, y en general, lo que más motiva a la gente es darse cuenta que hace algo que tiene un propósito, un destino que va mucho más allá del trabajo en sí mismo.
"Lo que más motiva a la gente es cuando se da cuenta que hace algo que tiene un propósito"
-¿Qué factores influyen en la motivación?
Lo primero que nos motiva es la naturaleza del trabajo, eso que estamos haciendo. Si no te gusta lo que hacés, difícilmente te motive. La segunda fuente de motivación son tus colegas, quiénes desarrollan la actividad laboral junto con vos todos los días. Si estás en un ambiente hostil, donde tus compañeros van minando tu vínculo, no te va a gustar. La tercera fuente de motivación, y tal vez la más importante, es el jefe. Un jefe puede ser una bendición o una maldición. Las personas, se dice, no se van de las empresas, las personas se van de los jefes.
El salario emocional es todo aquello que rodea tu trabajo y que no tiene que ver con él; tiene que ver con el contexto, las oportunidades, los viajes, las otras compensaciones que vos recibís y que no necesariamente son económicas. Cada vez más son estas las cosas que la gente valora. Si vos sabés que estás en una empresa en la que tu salario no es el más alto del mercado, pero tenés oportunidades de crecer, de contacto con el exterior, de desarrollarte, experiencias de aprendizaje, eso para vos vale mucho más que, tal vez, un salario un diez por ciento superior a eso.
"Salario emocional es todo lo que rodea tu trabajo y que no tiene que ver con él"
-Hay muchas personas que dicen "Yo en mi trabajo me aburro" ¿Qué les recomendás?
Antes que nada, les diría es que revisen de qué están trabajando. Hoy en día, se está dando un fenómeno que cada vez aparece con mayor asiduidad y que es la contracara del burn-out –que es aquella persona que está quemada de tanto trabajar, el exceso de estrés: el boreout, el que tiene estrés por hacer poco. Seguro más de uno dirá "quisiera tener un poquito de boreout por unos días". En ese caso, lo que sucede es que hay ciertas personas que saben que son capaces, que saben que tiene potencial de crecimiento y desarrollo y están sobrecalificadas con las tareas que realizan y, por ende, empiezan a aburrirse. Lo interesante es que los síntomas del aburrido y el quemado son bastante parecidos: gente que empieza a sufrir en su cuerpo las consecuencias de este desgaste.
-Te planteo una situación: "Me enamore de mi jefa/e". ¿Qué hacemos?
Primero, tendríamos que revisar cuáles son los factores que te hicieron enamorarte de tu jefe o jefa; y ahí te diría que una de las primeras cuestiones para tener en cuenta es diferenciar que el colaborador se enamore de su jefe que que un jefe se enamore de un colaborador. Ahí estamos ante otra complejidad. Mi opinión es la siguiente: es normal que la gente se enamore en el ambiente laboral. ¿Por qué? Porque compartimos muchas horas, objetivos, visiones de la vida; vivimos experiencias similares que nos hacen experimentar muchas cosas en común uno con el otro. Lo que las empresas deben tener son reglas transparentes, que todo el mundo conozca, sobre lo que se va a hacer en caso de que alguna situación de enamoramiento se produzca, porque el mayor riesgo que existe tiene que ver con el hecho de que una persona se enamora de otra que tiene a cargo y debe tomar decisiones importantes sobre esa –incremento salarial, desvinculamiento, pasar a otra área. La clave es que no haya conflicto de interés y que la decisión la tomes con el corazón, en lugar de tomarla con la cabeza. En las empresas, estamos para tener corazón caliente pero mente fría.