Disfunción sexual: un trastorno con dos caras

Se trata de un problema que orbita entre la falta de deseo y la disfunción eréctil. Con el paso del tiempo ¿puede impactar en la calidad de vida? Un experto explica el tema a Infobae

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La disfunción sexual masculina es un trastorno frecuente en la vida del hombre a partir de los 50 años. Aunque se trata de un problema muy importante y difícil de abordar, los especialistas recomiendan hacer la consulta y vencer el miedo que dificulta recurrir a un profesional.

"En los últimos 15 años la consulta médica sobre este tema viene creciendo de forma pareja. Antes, este trastorno estaba más vinculado a cuestiones mentales, no se conocía bien en detalle y no se había estudiado bien el componente arterial y hormonal. Por eso, no era frecuente la consulta médica", indica el doctor Daniel Ekizian, médico urólogo de la Clínica Sagrada Familia. Según asegura el experto, incluso hoy, el hombre con alguna patología de disfunción sexual tarda entre 6 y 8 meses entre la aceptación del problema y la consulta con su médico. "Cuando hace la consulta, en general comienza a hablar de otras cuestiones como temas vinculados a la próstata, hasta que encuentra la confianza con el profesional para abrirse y revelar el verdadero motivo", asegura.

Un problema de dos caras

Aunque parezca lo mismo, es importante reconocer y diferenciar dos cuestiones al hablar de la disfunción sexual masculina: la falta de deseo y la incapacidad para lograr y mantener una erección. Pero ¿por qué se puede experimentar una falta de deseo sexual? Si bien el paciente refiere que no siente interés por la práctica de relaciones sexuales, "al estudiar los síntomas que lo acompañan, se observa que tiene cansancio, que el día se le hace largo, necesita dormir la siesta, se le caen los párpados, tiene trastornos de atención y la masa muscular disminuye. Esto nos tiene que orientar a lo que llamamos el hopigonadismo, una fábrica de testosterona disminuida", revela Ekizian.

Una etapa llamada andropausia

De acuerdo al especialista, uno de los motivos de consulta no es la falta de erección sino, más bien, la falta de deseo sexual, la etapa previa. Al interrogar al paciente, el profesional realiza preguntas que permiten determinar síntomas vinculados a otro cuadro.

Así como en la mujer, a partir de los 50 años, se habla de la menopausia, en el hombre se trata de la andropausia o hipogonadismo. En esta etapa, que se suele dar entre los 60 y los 75 años, las hormonas testosteronas que se fabrican mayoritariamente en los testículos faltan a la producción. Estos cambios se empiezan a notar entre los 60 y los 65 años, que es cuando resultan más evidentes. En estos casos, la disfunción sexual sería consecuencia de un problema hormonal que debe ser estudiado y tratado adecuadamente. Para graficarlo en un ejemplo: "Es como tener una buena carne en la parrilla y no disponer del carbón encendido que se necesita para asarla", asegura el especialista. Esto se puede confirmar en un análisis de sangre a través de la búsqueda de la testosterona (total, libre y biodisponible), la prolactina y a través de otros marcadores por medio de estudios hormonales. Los análisis pueden determinar si el paciente padece un trastorno eréctil o si se trata de un problema previo vinculado al abastecimiento de la hormona masculina.

Aquellos hombres que necesitan suplemento hormonal, con el tratamiento adecuado, pueden lograr una respuesta en todos los síntomas y estar más reactivos, más lúcidos y conseguir mejorías, como recuperar el deseo sexual eréctil.

"Hay suplementos hormonales en forma de parches e inyecciones mensuales o trimestrales que resultan muy adecuadas"

Un punto que es importante para destacar respecto a los tratamientos hormonales es que, así como la patología de cáncer de mama tiene contraindicado el uso de estrógenos, los hombres siempre preguntan qué les sucederá respecto al cáncer de próstata si reciben suplemento hormonal. Lo cierto, según el médico urólogo, es que "está demostrado, a través de muchos trabajos publicados a nivel internacional, que el ingreso de testosterona por suplemento no anticipa el cáncer de próstata en el hombre".

La disfunción eréctil

A partir de la quinta década de la vida se empieza a dar un endurecimiento de las arterias del pene, responsables de la erección, que es lo que provoca una disminución de la respuesta eréctil en un hombre que está acostumbrado a un entrenamiento diferente por la edad. La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual. También puede ser la incapacidad total de producir una erección, la inhabilidad de hacerlo con consistencia o la tendencia de mantener solamente erecciones breves.

Según estimaciones de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus siglas) la disfunción eréctil afecta a alrededor de 30 millones de hombres en los Estados Unidos. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 4% de hombres en sus cincuenta años y cerca del 17% de los hombres a partir de los 60 años experimentan la inhabilidad total de lograr una erección. La incidencia aumenta al 47% para los hombres mayores de 75. Sin embargo, no es una parte inevitable del envejecimiento. No obstante, este trastorno es tratable a cualquier edad.

La erección comienza con la estimulación mental y de los sentidos, o ambas. Los impulsos del cerebro y los nervios locales hacen que los músculos de los cuerpos cavernosos se relajen, permitiendo que fluya la sangre y llene los espacios. Se ha estudiado que una vez que se producen los estímulos visuales, auditivos y táctiles se desencadena la conducción neurobiológica que produce la dilatación de las arterias del pene inundando de sangre los cuerpos cavernosos, que son dos esponjas que al llenarse de sangre provocan la erección haciendo que el miembro se expanda. Están estudiados los factores y patologías que llevan a que se produzca esta falla en la erección, entre los que se encuentran los pacientes mayores con problemas crónicos como afecciones cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad o colesterol elevado. "Estos pacientes tienen, entre otras cosas, la disfunción sexual y, para manejarla, han aparecido los medicamentos", recordó Ekizian.

Medicamentos y tratamientos

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En marzo de 1998, la FDA aprobó el sildenafil, conocido como el Viagra, pero existen más de 22 copias de esta droga que tiene entre dos y cuatro horas de buena respuesta a la ingesta de la medicación. Este fue el primer medicamento oral para tratar la disfunción eréctil. Desde entonces, se han aprobado otras drogas como el tadalafilo, cuyo nombre comercial es "Cialis", que no requiere ser ingerido en ayuno ni restringe el consumo de alimentos grasos y tiene de 24 a 36 horas de "vida útil". Ambas drogas tienen la misma acción sobre las arterias peneanas.

Las contraindicaciones son para aquellos hombres que están tomando nitritos o algunos medicamentos para afecciones del corazón o aquellos que tienen dilatación coronaria por alguna patología de base. Estos medicamentos se deben tomar con el estómago vacío y sin comidas grasas para mejorar la absorción.

"Lo bueno de estos fármacos es que actúan cuando se produce el estímulo. Están en la sangre, dilatan las arterias, pero sobre todo las del pene cuando se producen estos estímulos eréctiles", remarca el especialista. También tienen una acción sobre otras arterias como las de la nariz y el cerebro, por lo que pueden llegar a provocar un poco de rinitis o cefaleas. "Es importante destacar que estos fármacos tienen indicación en pacientes que presentan una buena evaluación cardiológica", asevera.

De acuerdo al urólogo, la tendencia actual es manejar bajas dosis de cualquiera de estos dos medicamentos y darlo en forma trisemanal o día por medio, para que el hombre no viva a la expectativa de cuándo va a producirse el próximo encuentro sexual y esté más relajado en ese sentido.

Si la patología es grave o tiene una lesión en un nervio, por ejemplo un lesionado medular o un paciente operado de cáncer de próstata, también están disponibles las inyecciones intrapeneanas que los urólogos las indican en una dosis específica para cada paciente. "Al igual que el diabético se aplica la insulina, los pacientes con este grado de dificultad se pueden aplicar estas drogas vasoactivas que les permiten tener una erección por un tiempo prudencial".

"Hay algunos pacientes jóvenes que fallan una o dos veces y no presentan ninguna lesión orgánica. A ellos los citamos con sus parejas para evaluar el problema, que se relajen y que no se sometan a ningún estudio".

Sexo seguro

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Con todas las herramientas para preservar la sexualidad del hombre mayor, es importante poner en relieve la necesidad de mantener las buenas prácticas y las conductas seguras. Hoy, más del 15% de las infecciones por HIV se observan en mayores de 50 o 60 años. Esto se debe a que la vida sexual se ha extendido más de lo habitual. Por este motivo, es importante que los adultos mayores que se encuentran sexualmente activos, practiquen el sexo seguro. "Lo decimos tantas veces y lo sostenemos tanto, que pensamos que todo el mundo lo sabe y lo toma en cuenta, pero a la hora de practicarlo, es poca la gente que usa el preservativo", finaliza Ekizian.