Racing consiguió un triunfo justo e importante, pero con un sufrimiento innecesario: lo del segundo tiempo nunca más

Sin dudas, como pocas veces, Racing mostró dos caras diametralmente opuestas. Por un lado, un primer tiempo de lujo, con fútbol, llegadas y merecimientos como para golear. Por el otro, un complemento impensado, con una innecesaria postura defensiva y errores de todo tipo (individuales, grupales y del entrenador). Igualmente, el campeón está de pie en todo lo que juega

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Era fundamental, indispensable, ganarle a Temperley y recuperar, en el ámbito local, el sendero del triunfo, ése que tenemos a paso firme en la Copa Libertadores, torneo que otros miran por televisión. Y Racing lo consiguió de manera lógica y justa, pero mucho más sufrida de lo que se preveía antes de este cotejo y hasta mismo en el entretiempo de este compromiso.

Se sufrió de manera innecesaria y porque Racing lo quiso así. En esta oportunidad, no cabe el típico 'latiguillo' de los protagonistas: "El rival, en desventaja, fue por el empate y nos obligó a retroceder". No sirve. Es imposible que esto se haya generado por el accionar de un adversario muy menor, con cualidades de equipo de ascenso (sin desmerecer al "Celeste", pero ésta es la realidad, más allá del esfuerzo que denotan sus jugadores). Es decir, Racing decidió retrasarse y sufrió. Y esto sucedió por lógica consecuencia.

Sin dudas, como pocas veces en el último tiempo, la "Academia" mostró dos caras opuestas. Pero, vamos por parte.

Lo del primer tiempo es para elogiar mucho. El equipo fue ampliamente dominador y se fue al descanso con un 2-0 que parecía exiguo, ya que mereció una diferencia más abultada. Fue allí cuando el equipo demostró las virtudes del campeón. Hubo muy buena circulación del balón (gran nivel de Aued y Camacho), con llegadas profundas, presionando en campo contrario, bien parado defensivamente y con muchas situaciones de gol. Racing jugó excelente, demostrando los motivos por los cuales es el mejor equipo del país.

Sin embargo, en el complemento todo cambió de manera sorpresiva. ¿El motivo? La verdad, no se sabe. Lo cierto es que el equipo retrocedió de manera innecesaria, entregándole la pelota y el campo a un adversario que, viendo esto, se animó y fue en búsqueda de un arco que, hasta minutos antes, le quedaba muy lejos.

Por lo tanto, como consecuencia de la postura adoptada, comenzaron a aparecer los errores grupales e individuales. Camacho y Acuña estaban más ocupados por defender que por atacar. Aued ya no fue el 'dueño' de la mitad de cancha. Videla lucho solo contra todos, perdiendo más de lo que ganó. Y los delanteros quedaron muy aislados (Brian Fernández sigue demostrando que es un futbolistas con enormes condiciones y desequilibrante, pero deberá trabajar urgente en la definición).

Temperley llegó el descuento y, encima, a los pocos minutos, el enorme 'caudillo' Lollo fue expulsado de manera correcta, pero de forma infantil, ya que fue innecesario su accionar. Esto, lógicamente, no opaca para nada, el presente de uno de los mejores defensores del fútbol argentino.

Los últimos 20 minutos (con el descuento) fueron todo sufrimiento, más allá que el adversario, como consecuencia de sus carencias para generar juego fluido, jamás inquietó a Saja; aunque sí merodeó el área. Aquí apareció el buen trabajo de la defensa; incluso el de Nicolás Sánchez, quien había ingresado minutos antes.


Igualmente, más allá de los errores de los jugadores, también hubo malas decisiones de Cocca. El técnico se equivocó en los cambios. Bou no debe salir nunca; ni aún estando 'fusilado' físicamente, ya que con su sola presencia intimida a los defensores rivales. A su vez, el ingreso de Acevedo es inexplicable. Este jugador no puede tener un solo minuto más con la camiseta de Racing. No tiene la jerarquía ni el temple para jugar, siquiera, algunos minutos.

Luego de todo esto, Cocca habló y reconoció todo lo mal que se hizo en el complemento. Está bien. Muy buena interpretación del técnico, quien es consciente que el camino para recorrer es el del primer tiempo, no el del segundo.

Igualmente, que nadie tenga dudas: el campeón será protagonista en todo lo que juega. Va bien, e irá mucho mejor. Hay motivos como para mantener la ilusión alta.