"Tenía un concepto muy bueno de Mangeri y ahora le tengo un desprecio enorme"

Los padres de Ángeles declararon en el juicio contra el portero y revelaron algunos datos que no se conocieron en la instrucción sobre el teléfono de la adolescente y el día de la confesión

Compartir
Compartir articulo
 NA 162
NA 162
 DyN 162
DyN 162

Los padres de Ángeles Rawson, Jimena Aduriz y Franklin Rawson, declararon hoy en el juicio contra el portero Jorge Mangeri, acusado por el crimen de la adolescente. "Fueron dos testimonios muy conmovedores y movilizantes, con mucha información para el esclarecimiento de la verdad", comentó a la salida de los tribunales el abogado de la querella, Pablo Lanusse.

"Fue un momento difícil porque tuve que describir con detalles los peores días de mi vida, que no se los deseo a nadie, pero sé que lo estoy haciendo por Ángeles", contó Franklin Rawson junto al abogado que lo representa.

Consultado sobre el hecho de tener que enfrentar al portero en la sala, respondió: "Lo hago por Ángeles, soy capaz de hacer cualquier cosa por ella. Hoy en un momento se atrevió a mirarme muy poco. No sé cómo describir la sensación sin caer en malos términos: siento mucha bronca y odio, le tengo un desprecio enorme, tengo una ira muy grande, pero no dejo que la ira me domine, porque lo que se merece la memoria de Ángeles es que haya justicia, no que su padre se convierta en un vengador o un asesino".

Además, admitió que tenía "un alto grado de confianza" en el portero. "Tenía un concepto muy bueno de él, de una persona responsable y muy servicial. Mis hijos se referían a él como Jorge, no como Mangeri o 'el portero'. Me sorprendió que fuera él y me costó creerlo", confesó.

Aduriz, por su parte, se quebró y lloró muchas veces. Según informó el abogado de Mangeri, Adrián Tenca, relató que "el día de la desaparición de la víctima, del expediente surgía que la habían llamado y atendía el contestador, pero la madre dijo que en uno de los intentos sintió que atendieron y cortaron". Para el letrado, se trata de un punto que "habría que investigar".

Las partes disintieron sobre la descripción de la jornada del 14 de junio del 2013, el día que terminó con la confesión del portero en la madrugada del 15. Mientras que para Tenca los testimonios "abonan la idea de que hubo irregularidades", Lanusse consideró que los interrogatorios que hizo ese día la fiscal fueron un reflejo de "la intensidad necesaria" para llegar a la verdad.

Pero algo que contaron los padres sobre aquella jornada llamó la atención. "Las paredes de la fiscalía eran de durlock. Todos escucharon lo que ocurría. Uno de los chicos declaró en simultáneo con Mangeri y cuando salió le dijo a Jimena: 'Mamá, basta, fue Jorge, está hasta las manos'".

Luego de destacar "la forma cuidada y la delicadeza" a la que apeló Tenca para interrogar a los padres, el ex fiscal Pablo Lanusse sentenció: "La responsabilidad de Mangeri está cada día más acreditada".

El juicio continuará el próximo jueves con las declaraciones de la esposa de Mangeri, Diana Saettone, la pareja de Aduriz, Sergio Opatowski, y la empleada doméstica de la familia Rawson, Dominga Torres.

El abogado Lanusse fue muy duro con Saettone. "Estoy convencido, mintió e instaló una coartada falsa tratando de decir que ella estuvo con Mangeri la mañana en que mataron a Ángeles. Su declaración no me quita ni me pone, es la esposa de un acusado y no voy a gastar recursos en perseguirla judicialmente porque tiene protección legal", advirtió.

El portero es enjuiciado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa agravado por haber causado un grave daño a la salud física de la víctima y femicidio agravado por haber sido cometido criminis causae. El miércoles pasado el portero declaró, negó haber matado a Ángeles y aseguró que fue presionado por policías para autoincriminarse.

Ángeles Rawson, de 16 años, desapareció el 10 de junio de 2013 cuando volvía a su casa desde una clase de gimnasia y al día siguiente fue hallada muerta en un predio de la Ceamse, en la localidad bonaerense de José León Suárez. Las cámaras de seguridad determinaron que había llegado hasta el edificio y las sospechas se cercaron en torno a la familia de la menor.

Pero en la madrugada del viernes 15 de junio, después de varias ausencias, el portero del edificio fue llevado por la policía hasta los tribunales para declarar como testigo. En medio de su declaración, tras sucesivas contradicciones Mangeri dijo "fui yo" y quedó detenido, mientras todos sus allegados insistían en su inocencia y apuntaban a la familia.