Toma: "Lo de Nisman fue un homicidio"

Miguel Ángel Toma, ex titular de la SIDE, aseguró que "no importa si el gatillo lo apretó la víctima"

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 Martín Rosenzveig 162
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La investigación por la muerte de Alberto Nisman sigue su curso. Y mientras se esperan nuevas revelaciones que permitan esclarecer el hecho, habló Miguel Ángel Toma, alguien que conoce al detalle el funcionamiento de los servicios de inteligencia porque encabezó la ex SIDE durante la presidencia de Eduardo Duhalde.


En una extensa entrevista con el diario El País de Uruguay, el ex legislador justicialista fue consultado sobre el caso político-policial que conmueve a la Argentina. Y no dejó dudas: "Lo de Nisman fue un homicidio. No importa si el gatillo lo apretó un sicario, un yihadista o la propia víctima".


Para Toma, el fiscal murió porque alguien "no quería que se expresara frente al Congreso mostrando las pruebas que tenía de la brutal denuncia que había hecho. Las responsabilidades recaían sobre el Gobierno argentino. También sobre el Gobierno iraní. Fue un homicidio".


"Alguien no quería que Nisman se expresara frente al Congreso, su exposición hubiera sido un escándalo de proporciones mayúsculas. Su muerte va a congelar la denuncia contra el Gobierno"

"La exposición de Nisman hubiera sido un escándalo de mayúsculas proporciones. Su muerte, de hecho, va a congelar esa misma denuncia", consideró el ex funcionario argentino, que de todos modos alberga una pequeña esperanza por el nombre del magistrado que tomó la presentación del fiscal fallecido: "Por suerte al juez de la causa, Ariel Lijo, no se lo va a condicionar así nomás".


Pese a la contundencia de sus apreciaciones, Toma optó por ser cauteloso cuando le preguntaron quién está detrás del supuesto asesinato: "No tengo la certeza. En virtud de lo que yo estoy viendo del desarrollo de la investigación, no descarto que haya una participación iraní en este hecho. Una operación de un sicario profesional sale cinco mil dólares. Hace el trabajo y enseguida se toma el avión. No deja pistas".


Finalmente, el ex titular de la SIDE analizó la propuesta de la presidente Cristina Kirchner para disolver la Secretaría de Inteligencia: "Conformar una nueva agencia es cambiar el collar pero dejando al mismo perro. El problema y la responsabilidad no son de las instituciones sino de quienes las conducen".


En ese sentido, Toma advirtió que en ese anuncio se encubren dos trampas: "Una es pasar las escuchas a la Procuración conducida por la fiscal (Alejandra) Gils Carbó, lo cual es garantía de parcialidad. No estamos frente a una funcionaria independiente sino ante una militante kirchnerista".


"La segunda –amplió el ex legislador–, al prever que las nuevas autoridades de la Agencia Federal de Inteligencia tendrán que tener aprobación del Senado, lo cual implica estabilidad en el cargo, significa ponerle un caballo de Troya en las tareas de inteligencia a las autoridades que asuman el 10 de diciembre". Más tarde el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró que en el futuro "seguramente" cada jefe de Estado tendrá la potestad de elegir su propio director.