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El deceso del fiscal especial para la causa AMIA no sólo provocó un terremoto político que desembocó en la disolución de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE). También puso en standby la investigación del peor ataque terrorista que sufrió la Argentina en toda su historia.
Para tranquilizar a los afectados por el atentado que tuvo un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos, Alejandra Gils Carbó había convocado a familiares de víctimas y a los representantes de AMIA y DAIA.
Con ellos pensaba dialogar hoy sobre cómo será el mecanismo de reemplazo de Alberto Nisman, quien estuvo a cargo de la Unidad Fiscal para la Investigación de la causa. Sin embargo, el encuentro se pospuso y fue reprogramado para el día de mañana, confirmaron a Infobae fuentes de la Procuración.
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En la previa de la reunión se supo que la intención era "lograr consenso" sobre las nuevas designaciones. El plan para suceder al funcionario que apareció sin vida en su departamento apunta a conformar un equipo de fiscales.
El titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, contó esta mañana -en Radio Nacional- que tenían entendido que Gils Carbó les iba a ofrecer la posibilidad de sugerir nombres de funcionarios judiciales para reemplazar a Nisman, pero advirtió: "Nosotros le vamos a decir que no, porque entendemos que es una atribución que no nos corresponde".
La selección de los integrantes de ese equipo de fiscales se mantiene bajo absoluta reserva. Lo que trascendió -según Página/12- es que la intención es no incluir funcionarios "del riñón de la gestión de Gils Carbó", ni a aquellos "con vínculos con los sectores de Inteligencia".