Hermetismo y tristeza entre los colaboradores de Nisman

En las cuatro entradas con que cuenta el Edificio La Franco Argentina -ubicado frente a la Plaza de Mayo, a metros de la Casa de Gobierno-, los oficiales de la Policía Federal van y vienen, con algo de nerviosismo. El modesto despliegue de seguridad de la planta baja del edificio donde también tienen oficinas la AFIP y un banco, se intensifica al acceder al séptimo piso, donde cuatro oficiales de Prefectura custodian celosamente la entrada a la fiscalía especial encargada de la causa AMIA, a cargo de Alberto Nisman hasta hace pocas horas atrás.

A pesar del hermetismo que reina en la Fiscalía, Infobae pudo saber que los colaboradores de Nisman se encuentran previsiblemente conmocionados ante una noticia que ninguno previó ni esperaba.

La muerte de Nisman los encuentra tras días de intenso trabajo para preparar primero la denuncia contra la Presidente y otros funcionarios y dirigentes oficialistas, y luego la presentación que esta tarde Nisman daría ante los legisladores. Muchos llevan días de mal sueño, y horas sin dormir, tras conocer los primeros rumores de la muerte del fiscal.

La secretaria de Nisman, Soledad Castro, mantuvo conversaciones con la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, y con el juez Ariel Lijo. También recibió al diputado Darío Giustozzi, del Frente Renovador, quien le transmitió el apoyo de su bloque.

Las preocupaciones en el entorno de Nisman rondan en torno al las dudas que les genera las circunstancias de la muerte del fiscal, cuál será el mecanismo que se implementará para reemplazarlo -más allá de que provisoriamente y hasta fin de mes estará a cargo el fiscal general ante los tribunales orales en lo Criminal de San Martín, Alberto Adrián Gentili- y las medidas de seguridad necesarias para resguardar las pruebas que se acumulan en las cajas fuerte de la fiscalía.