Entre finales de los 70 y principios de los 90, muchos conjuntos de Colombia fueron denunciados por recibir ayuda económica de parte de los líderes de los Carteles que sacaban tajada de la venta de la cocaína. Justamente Hernán Botero Moreno fue el primer dirigente en caer bajo la lupa del Estado y en ser extraditado a Estados Unidos por presunto lavado. Justo fue parte de la Comisión del Atlético Nacional, contrincante de River en la Sudamericana.
Más tarde, los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela se apropiaron de un América de Cali que no dejó de ganar campeonatos a principios de los 80 y también rozó la gloria continental. Y otro reconocido narco, Gonzalo Rodríguez Gacha, consiguió acciones del Millonarios de Bogotá, quien tiempo después obtendría dos títulos nacionales, que se dieron bajo un manto de sospechas por supuestos arreglos y sobornos a árbitros y rivales.
Fue una época en la que todo parecía valer en el fútbol colombiano. El tema se fue tan de las manos que un juez, Armando Pérez, fue secuestrado por –teóricamente- representantes de seis instituciones.
, fue la amenaza. En 1989, mismo año en que Atlético Nacional levantó la Libertadores,
, después de haber dirigido un cotejo entre el Independiente Medellín y América de Cali. Ese año,
, quien fue asesinado a mediados de 1988 y también estuvo en Deportivo Pereira, fue otro de los implicados en las conexiones entre
Nunca se comprobó si el "Verdolaga" ganó la
, en una final en la que se impuso por penales ante
de Paraguay. Pero varios aseguran que
desembolsó una importante suma de dinero para que un equipo de su ciudad gritara campeón. Los del DIM se burlan de la obtención de este título, con una canción en la que mencionan al jefe narco.