El promedio de salarios registró en octubre la menor suba del año

El Indec estimó que el promedio de las remuneraciones aumentó 1,56%, la más acotada desde diciembre de 2013. Ajustado por inflación acumuló doce meses consecutivos de caída respecto del año anterior. El promedio ascendió a 10.400 pesos

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Los trabajadores en la informalidad fueron los más favorecidos con un ajuste de 2,03%, seguido de los registrados privados con 1,83% y de los empleados públicos con 0,64%. El nivel medio de la economía ascendió a 10.432 pesos brutos.

El Índice de Salarios del Indec replicó los efectos de la desaceleración de la actividad económica y del aumento promedio de precios de la economía, al punto que ajustado por la inflación que miden las consultoras privadas acusó sendas caídas de 0,75 y 5,22 por ciento, en el mes y en un año, respectivamente.

El salario real cayó 0,8% en un mes y 5,2 por ciento en un año

En valores absolutos, a nivel medio de los trabajadores en relación de dependencia, el liderazgo lo mantienen los ocupados en el sector público con 11.862 pesos; seguidos de cerca por el promedio de los privados registrados en el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones con 11.163 pesos, y más distanciados aparecen los informales con 5.878 pesos.

Mientras que en términos de incrementos nominales, frente a un promedio nacional de 34,3% en los últimos doce meses, las mayores alzas se detectaron en los salarios de los empleados en negro y del componente no remunerativo con 40,6%; con una brecha de más de seis puntos porcentuales respecto de la suba de 34,5% que recibieron los ocupados en la administración pública (nacional, provincial y municipal) y más aún en comparación con los ajustes que percibieron los trabajadores privados registrados.

Menor poder de compra

En términos reales, tomando como factor de ajuste la inflación Congreso de 41,3% entre octubre de 2013 e igual mes del corriente año, en todos los casos se anotaron caídas reales: 5,4% en el promedio general; 0,9% en los informales; 5,2% en los empleados del sector público y 6,1% en los privados anotados en el SIJyP.

Cabe destacar que en el relevamiento del Indec no se toman en cuenta las variaciones de los ingresos de los trabajadores en relación de dependencia vinculadas con la cantidad de horas trabajadas, ausentismo, premios por productividad. De ahí que, si se agrega el efecto del contexto recesivo que para el consenso de las estimaciones privadas ya supera el 4% en comparación con un año atrás, y más aún en las horas trabajadas, la baja efectiva de las remuneraciones netas fue todavía más marcada.

Mayor presión tributaria

El recorte del ingreso de bolsillo fue aún más significativo para los trabajadores que un año atrás registraban ingresos brutos inferiores a 15.000 pesos, porque fueron castigados con una mayor alícuota del Impuesto a las Ganancias que quienes estaban por arriba de ese umbral y recibieron una suba similar o aún más alta de sus haberes habituales luego de las negociaciones en paritarias, o aumentos otorgados por sus empleadores fuera de convenio.

Las remuneraciones acumulan doce meses de baja interanual consecutiva ajustados por inflación

La caída de los salarios reales acumula doce meses consecutivos de baja interanual, y 14 meses en el caso del salario mínimo vital y móvil, con 6% y más aún en el haber jubilatorio cuya pérdida de poder adquisitivo era a fines de octubre inferior en 8,1% a la de un año antes.

Claramente, si por el contrario, se toma como parámetro de la variación del poder de compra de los salarios la variación de precios del 23,7% que midió el Indec en el período considerado, en todos los casos surgen ganancias en términos reales de entre 8,6% en el promedio general y sector público, hasta un máximo de 13,7% para los ocupados en negro y 7,7% para los privados registrados.

Sin embargo, esas supuestas mejoras no aparecen congruentes con el receso que se observa en todos los mercados, más en los de bienes de consumo durable como automotores y artefactos para el hogar, que en el de los bienes de consumo no durable, y la actividad agregada no se hubiera amesetado como sostiene Economía y la CEPAL y menos aún ingresado en recesión, como calcula el consenso de las consultoras privadas.