¡Se ganó una final! A sólo dos 'pasitos' de decorar esta enorme ilusión

El 'Cilindro' se preparó para ser una fiesta, y ésta se dio. Racing le ganó a River jugando con el 'cuchillo entre los dientes', con una estupenda personalidad y un coraje digno de un equipo que quiere ser campeón. ¿Título asegurado? No, pero está muy cerca. Depende de nosotros, y tenemos a Milito, el mejor de todos. ¡A disfrutar!

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¡Qué precioso momento! ¡Cuánto nerviosismo, pero del 'lindo'! ¡Cuánta ilusión que ya tiene rienda suelta para poder hacerse realidad! ¡Qué linda sensación es verse puntero, dos puntos por encima de los segundos y a sólo dos fechas para el final!

Durante toda la semana se habló de lo que iba a ser el 'Cilindro'. Y el estadio explotó. La gente se hizo presente para jugar, a su modo, una 'final' ante River. Luego, con el paso de los días, se supo que ellos venían con suplentes. Entonces, la presión creció. Racing estaba obligado a ponerse el 'traje' de CANDIDATAZO. ¡Y lo hizo!

Se ganó una final. Más allá que se trataba de un partido dentro del fixture, era una final. Había que ganarla como sea. Antes, el otro equipo de Avellaneda había 'arrugado' con los suplentes de Boca. No había que subestimar a nadie; sino que había que salir a jugar como si enfrente estuviera 'Teo', Pisculichi y Mora, los artífices del tan mentado fútbol champagne, que parece haberse quedado ya sin burbujas.

Sin embargo, los nervios se apoderaron de los jugadores. Y se vio desde el principio. Algo que es lógico. Saja apareció con otra atajada de arquero de equipo 'grande' y salvó la caída cuando el partido recién comenzaba. Ése era el indicio de que Racing iba a luchar más que jugar. Y así fue. Durante los 90 minutos no se hilvanaron jugada de gol, ni sociedades de juego.

Pero sí aparecieron atributos fundamentales de un equipo que quiere ser campeón. ¿Cuáles? Orden táctico, solidez defensiva, solidaridad, actitud, personalidad, despliegue. Muchos fueron los puntos altos del equipo para mantener la ventaja que llegó por un gol de 'carambola', pero que también mostro un aspecto positivo: la presión alta del mediocampo en determinados momentos.

Todos 'manejados' por Milito, el distinto, el que contagia, el que intimida a los rivales, el que hace jugar, el que decidió volver a Racing por el sólo hecho de regresar a 'su' club. Y Diego, que se cansó de ganar títulos importantes y ser figura en cada uno de los logros, es el emblema de este equipo. Sin dudas, en camino a ser uno de los grandes ídolos en la historia del club.

Y luego, apareció el resto. Lo de Videla es es-pec-ta-cu-lar. Juega con el alma, con el corazón. Parece ser más de uno, pero no. Sin dudas, en la actualidad, el mejor '5' que tiene el fútbol argentino; y el motor de un equipo que mucho se basa en su despliegue cuando no tiene la pelota.

Lollo, Sánchez y Grimi también tuvieron una gran actuación. Bou no convirtió, pero fue determinante con sus ganas, su compromiso, su fortaleza, sus deseos de superarse todo el tiempo, su voracidad constante. Tal vez, en Pillud, Díaz y Aued estuvo lo más flojo del equipo; considerando que Centurión cumplió perfectamente la orden de correr por todo el andarivel y desequilibrar cuando pueda.

Todo este compromiso generalizado, lógicamente, tiene un mentor. Y tanto en las buenas como en las malas, éste es el técnico. En este caso, Cocca. Sería necio no reconocerle al entrenador esto. Racing está peleando seriamente el campeonato con él en el banco. Desde este espacio se lo criticó demasiado sobre aspectos que siguen siendo para criticar; sin embargo, la realidad hoy marca otra cosa. Hay méritos suyos en esta campaña. Por supuesto.

El equipo cambió, mutó durante el torneo. Ya no es ése del 'fulbito' intrascendente. Ahora, sí se parece un equipo en serio, más allá que haya perdido un poco de vuelo futbolístico. Cocca cambió. Racing cambió. Y esto habla bien de todos; incluso del técnico que está muy cerca de hacer historia en el club.

Faltan dos fechas. Ya no es momento de pedir que se mejore en el circuito de juego. Los jugadores tienen que seguir por este camino, y entender que quedan dos finales; pero que todo depende de ellos. De nadie más. El compromiso está. La personalidad, también. El convencimiento, siempre.

Mientras tanto, nosotros contamos las horas, los minutos, los segundos. Nos transpiran las manos todo el tiempo. Nos vamos a desgarrar por las contracturas que tenemos, más allá de no jugar. El cosquilleo y la ansiedad están a 'flor de piel'. No se piensa en otra cosa. No se concilia el sueño. Se despierta pensando en Racing; se duerme pensando en Racing.

Falta poco, muy poco. Sólo dos pasitos. El primero hay que darlo en Rosario; el último, en 'casa'. Ahora, es momento de disfrutar, de dar rienda suelta a la ilusión. Estamos cerca de ganarle el título a River, a Independiente y al 'poderoso' Lanús. No es poca cosa.

¡Vamos Racing, carajo!