Intentar ser campeones fue una 'Misión Imposible': todas las ilusiones se autodestruyeron en una fecha

Lo perdió Independiente. Lo dejó pasar Independiente. Se le escapó a Independiente. No hay más análisis que ése. Nos expulsamos, nos hicimos los goles y regalamos la última chance. Un nivel de autoboicot que no pueden solucionar ni los pastores brasileños de la madrugada. Cada ilusión que apareció la autodestruimos en una fecha; como con River, Gimnasia y Arsenal

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 Télam 162
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¿Ni cinco segundos nos van a dejar esperanzarnos con festejar el título? ¿Ni cinco minutos? ¿Ni una fecha? La síntesis del torneo de Independiente se dio en el gol propio: se encendió la ilusión y se apagó de manera infantil a los dos minutos por una expulsión increíble. Dos goles tontos. Una roja aún más. ¿El resumen? Hicimos figura a Grana, un jugador que lo pusieron porque "no había otro". Insólito. Difícil de digerir.


Cada vez que estuvimos "a punto de", regalamos la chance. Como en una feria. Pasó con River, cuando nos ubicábamos para estar arriba y nos hicieron un gol a los dos minutos; y después los habilitamos para que hagan otro. También con Gimnasia de local, donde debíamos ganarle a un equipo que hacía cuatro que no sonreía. No contentos con eso, lo reafirmamos con Arsenal, cuando el azar nos había tirado una soga. Y hoy contra Boca dimos la estocada final.


Cada vez que el destino nos hizo un guiño, nosotros le cerramos los dos ojos, comentándole que jugábamos sin cartas. Nos fuimos al mazo, sin siquiera intentar mentir un poco.


"Su ilusión se autodestruirá en una fecha", dice la grabación de la Misión Imposible que fue intentar pelear el título. Siempre nos boicoteamos de una manera increíble. Ni siquiera los pastores brasileños de la madrugada que hacen magia nos pueden dar fortaleza mental en estas situaciones. No se le puede echar la culpa a ningún árbitro y tampoco al técnico. ¿Vamos a criticar que el equipo sale jugando? ¿Tiene la culpa de que el "Ruso" haya decidido pésimo y Zárate haya cerrado peor?


Lo único que no podemos permitirle al entrenador es que se mienta a él mismo e intente hacerlo con nosotros. "Se hizo un buen partido", aseguró Almirón en la conferencia. No hay forma que un equipo que no pateó al arco haya tenido una actuación destacable. Que no tuvo personalidad en cada dividida ni realizó tres pases seguidos. Que perdió contra un equipo que jugó casi con la guardia baja. Imposible.


El 'kinder' Independiente (hoy 6 jugadores de inferiores fueron titulares) tuvo menos sorpresa que el 'toys'. No se le cayó una idea. Boca presionó bien arriba y asustó a la impronta del "Rojo". El circuito de juego comenzó y terminó en los marcadores centrales. Poca movilidad de los volantes y nula jerarquía de Bellocq para hacerse cargo del mediocampo y comenzar la distribución de la pelota.


Lo llamativo en el análisis global del equipo fue el trastorno de personalidad constante. El Borda futbolístico. De la guapeza contra Lanús, a la tibieza en La Boca. De Rafaela a Estudiantes y Vélez. De Tigre a Gimnasia y Arsenal. En la montaña rusa de la contradicción, Independiente manejó la locomotora.