El empate beneficia a River, que se olvidó del fútbol champagne y jugó rugby de tetra brik

Boca cumplió el objetivo a medias: no le convirtieron pero tampoco ganó. Se encontró con un rival que vino a hacer tiempo y a pegar. Como si fuera un equipo del ascenso. ¿Se ahogó con su fútbol champagne?

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Desde el comienzo y hasta que Silvio Trucco pitó marcando la finalización del encuentro, Boca tuvo que lidiar contra un equipo que no vino a jugar. Por cansancio, por miedo escénico o por lo que fuere, River llegó a la 'Bombonera' con un plan: bancar el cero y apostar a un triunfo en su cancha.

A esto, le sumaron un excesivo juego brusco, que además contó con un árbitro que perdonó dos expulsiones claras. Es cierto que amonestó a siete, pero en los casos de Ponzio y Vangioni, y por qué no Maidana, a quienes amonestó tarde, si sacaba la tarjera cuando debía, los tres eran merecedores de la roja. Sin contar el tremendo planchazo de Mercado en el final.

En definitiva, River jugó como un equipo de otra categoría. Como esos elencos 'chicos', que vienen del ascenso y ante un marco imponente como el de la 'Bombonera' buscan aguantar como puedan, para irse alegres por el empate. Ahora habrá que preguntarse, ¿dónde quedó el fútbol champagne?

Por el lado nuestro, hay que decir que se cumplió el objetivo a medias. El saldo positivo es que en series coperas es indispensable que no te conviertan, ya que en el global los goles de visitante tienen un plus. Sin embargo, queda como cuenta pendiente el triunfo, siempre importante y más si estás jugando de local, que hubiera dejado la serie muy favorable para la revancha.

Dentro del 'debe' también aparecen los delanteros, donde salvo el "Burrito" Martínez, que arrancó para figura hasta que lo lesionaron, Calleri y Chávez no jugaron bien. Y ojo por ellos porque con las actuaciones en el ámbito local de Gigliotti y Carrizo podrían perder el puesto tranquilamente.

Siendo finos en el análisis, Boca contará en el "Monumental" con mayores espacios, porque, a priori, se entiende que ellos no jugarán como este encuentro ante su gente. Sinceramente, no veo a River pegando, aguantando y tirándola para arriba en Núñez. Ahí es donde el "Xeneize" se puede encontrar con su mejor versión, que está más que claro que en el partido de ida no apareció.

Lo defensivo sigue siendo una garantía. Pese a que jugó el "Cata" Díaz con muy poco roce futbolístico, tras su doble lesión, no se lo notó falto de ritmo. De hecho, no desentonó con Juan Forlín, con quien tuvo su primer partido en cancha. Este punto es muy importante, debido a que en otros tiempos se padecía sobremanera los errores y desacoples defensivos, que regalaban goles a los contrarios. Muy cierto es que el rival tampoco pateó al arco, pero habrá que seguir así de seguros.

Ahora, Boca, a pensar y planear fríamente la revancha. A poner las cosas en su lugar, como sucedió muchas veces en la historia de estos cruces. En fin, vamos en la búsqueda de otro "silencio atroz".