Por primera vez, el sindicalismo opositor podría ser recibido por funcionarios del Poder Ejecutivo

Sindicatos nucleados bajo la órbita de Moyano se reunirán el lunes con el Gobierno para reclamar un bono navideño y el final del Impuesto a las Ganancias

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El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, junto a referentes de la UTA. DyN 162
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, junto a referentes de la UTA. DyN 162

Si el Gobierno no pega otro volantazo de último momento (se siente con autoridad para hacerlo), el lunes a primera hora debería estar recibiendo a los gremios del transporte para articular entre todos muy probablemente la crónica de un fracaso anunciado.

Los visitantes -lo saben- van por una quimera: la derogación del impuesto a las ganancias y la convalidación oficial a los bonos navideños para que los salarios no pierdan escandalosamente la carrera loca de la inflación. Habrá que ver si el binomio Capitanich-Tomada reafirma su rechazo a viva voz a sendos reclamos o si elige el procedimiento algo menos cruento de escuchar y sólo prometer que estudiará el asunto para contestar vaya a saber cuándo. ¿O puede haber alguna concesión?

Hay un dato que no pasa desapercibido: si el encuentro finalmente se realiza (se iba a hacer ayer hasta que el Jefe de Gabinete esgrimió el clásico "problemas de agenda"), será el primero en muchísimo tiempo que muestre al Gobierno sentándose a hablar con un grupo de organizaciones enroladas en el sindicalismo opositor, varias de ellas adscriptas al moyanismo más rancio.

Suficiente motivo para que la dirigencia sindical especule sobre las reales motivaciones que tendría la administración K para cambiar su comportamiento habitual, no precisamente abierto al intercambio de pareceres con sectores o grupos que no le son afines. Hasta la CGT de Caló, que es un apéndice oficial, tiene que correr toda la cancha para que a las tantas los reciba la doctora Kirchner o algún ministro.

Algunos arriesgan que la convocatoria a los gremios transportistas podría ser la señal que anticipe algún certero golpe de efecto de Cristina (por ejemplo exceptuar de Ganancias al próximo aguinaldo) para darle algo de oxígeno a los sectores asalariados, donde los que no quedaron rezagados son la excepción. De paso, creen los intérpretes de la Presidenta, sería entrar bien plantada a 2015 para cumplir su ambición de convertirse en la "gran electora" de su sucesión.

Otros con los pies más sobre la tierra asumen que el Gobierno por sus compromisos no está en condiciones hoy de distraer un centavo del suculento pozo de 50 mil millones de pesos, que es lo que recauda en un año gracias al impuesto a las Ganancias. En esta visión, el Gobierno sería consciente del deterioro del mercado laboral y ahora aceptaría dialogar sólo para que el sindicalismo tradicional se convierta en garante de la paz social, hasta por lo menos terminado el año.

En cualquier caso, al recibirlo, el Gobierno estará dándole su reconocimiento a este grupo de gremios del transporte que se presenta como una especie de avanzada de lo que será el año próximo la unidad sindical expresada en una sola CGT y no en tres como ahora.

Después de alguna autodepuración previsible (los kirchneristas fueron sólo a la primera reunión) suman 25 los gremios transportistas. Un número con historia en la interna sindical: el grupo de "los 25" se denominó al sector que fue, desde lo sindical, el correlato de la renovación peronista en los años 80.

Pero es el presente el que puede inquietar al Gobierno. Esta formación incluye ferroviarios, camioneros, colectiveros, aeronáuticos y portuarios. Manejan resortes determinantes, tanto que por sí mismos pueden condicionar la prestación de todos los servicios. Eso es lo que prometen hacer si Capitanich-Tomada los dejan con las manos vacías.

"Entre la inflación y Ganancias hemos sufrido la licuación de nuestros salarios. El Gobierno tiene que conceder algún tipo de bonificación. ¿Ganancias? Hay que derogar ese impuesto al trabajo. Que lo pague la patria financiera... ¿Cómo es posible que lo cobren durante el mes de vacaciones del trabajador?, ¿qué quedó de todo lo que se consiguió con Perón?".

Esto dijo a Infobae, Omar Maturano, jefe de los conductores de locomotoras (La Fraternidad), uno de los nueve dirigentes del transporte que el lunes volverán a ver cómo era la Casa Rosada por dentro. Los otros serán el colectivero Roberto Fernández, el camionero Omar Pérez, el portuario Juan Carlos Schmid y el piloto Alejandro Botanas, entre otros. El que no juega para Moyano, le pega en el palo.

Si para el jueves próximo no obtuvieron ninguna señal positiva, el plenario del sector previsto para ese día en la sede de la UTA determinará la modalidad y la fecha de una posible medida de fuerza.

Todavía está en estudio si sería un paro, una movilización o un quite de colaboración en todas las áreas del transporte. También se habla de la realización de múltiples y simultáneas asambleas en los distintos lugares de trabajo.

Respecto del bono navideño, el panorama no es uniforme. El Gobierno dice no, mientras algunas provincias aceptan percibirlo. En el sector privado hay patronales que ni lo consideran (como en Comercio) y otras que lo pactaron por convenio. La UOM de Caló, que reclama 3 mil pesos, sigue a la espera de un ablandamiento del sector empleador.

En cambio, el ultra kirchnerista, Sergio Sasia, líder de la Unión Ferroviaria, cada día se compromete un poco más con el relato oficialista y con la suerte política de Florencio Randazzo. Viene de imponerse este semana con más del 85 por ciento de los votos en las elecciones del gremio más numeroso del sector. Se eligieron los delegados de empresa. Y Sassia se quedó con todo, menos con la empresa SOFSE del Sarmiento, en la que mantuvo su primacía el pollo Sobrero.

También se vienen días decisivos para la CTA combativa del estatal Pablo Micheli, que el jueves estará a la cabeza de una movilización a Plaza de Mayo para reclamar bonos y un aumento de emergencia para los jubilados. Llegará con los justo a la Avenida de Mayo y la 9 de Julio, punto de concentración de la marcha.

Estará recién bajado del avión que lo traerá de Roma, donde el martes visitará al Papa Francisco en la Casa de Ejercicios Espirituales San Marta.

Pero además de la bendición del Pontífice necesitará que lo acompañen gremios y organizaciones que no son de su central, como el PO. Micheli espera que surjan adhesiones en un encuentro de gremios estatales que se realizará el martes en un teatro de la calle Corrientes donde sabe presentarse el moyanista Leonardo Fabre, de la Asociación del personal los organismos de Previsión Social (Apops), también cantor y productor de tango.

Micheli espera además que el aporte de Hugo Moyano sea algo más contundente que una columna de Camioneros encabezada por Moyano hijo. Lo animó a esperanzarse las declaraciones a favor de la marcha que ayer hizo a este medio el dirigente del Seguro, Jorge Sola, secretario de Acción Social de la central del camioneros.

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