Quién era Alicia Oliveira, luchadora incansable por los Derechos Humanos y amiga del Papa

Fue la primera jueza designada del fuero Penal, hasta que la dictadura la echó. Fundadora del CELS, defendió a Jorge Bergoglio de las acusaciones por complicidad con los delitos de lesa humanidad

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La abogada y ex Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Oliveira, quien falleció ayer, fue una acérrima defensora de los derechos de las personas. Perseguida por el poder durante la dictadura cívico-militar, fue despedida de su cargo como primera jueza del fuero Penal el 24 de marzo de 1976, puesto al que había accedido tres años antes.


Tras perder su puesto en el Poder Judicial, se dedicó a la defensa de los presos políticos y a la denuncia de los crímenes de lesa humanidad. En el año 1979 acompañó a Emilio Mignone en la creación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).


Durante ese mismo año, participó de la redacción del documento de denuncia del Partido Justicialista, que con las firmas de Deolindo Bittel y Herminio Iglesias, fue presentado ante la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en ocasión de su visita a nuestro país para recopilar denuncias sobre las desapariciones y secuestros de militantes políticos.


Fue en esos años que trabó amistad con Jorge Bergoglio, quien por entonces era el superior en la Orden de los Jesuitas. De hecho, el propio Papa "llamó a los familiares y les aseguró sus oraciones para el eterno descanso" de Oliveira, según consignó la agencia DyN.


Ambos se habían conocido en la Universidad del Salvador. Esa relación perduró en el tiempo, al punto que Oliveira fue una de las personas que integró la delegación argentina cuando el arzobispo de Buenos Aires fue entronizado como papa Francisco y ofició de nexo entre el Sumo Pontífice y la presidenta de la Nación. Meses antes, cuando aún la figura del Papa era cuestionada desde el propio Gobierno, rechazó la supuesta complicidad de Francisco con la dictadura, al asegurar que "ayudó a mucha gente a salir del país".

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"Yo me juntaba con Jorge dos veces por semana, en ese momento los militares me habían dejado cesante por ser jueza y él me contaba lo que hacía. Me acuerdo que los domingos íbamos a villa San Ignacio, donde él estaba. Hacíamos una comida, un pequeño acto religioso, él saludaba a la gente y ahí aprovechaba para hablar con gente para sacar del país", le había contado hace meses Oliveira al diario Perfil.

Durante la reforma constitucional de 1994, fue convencional por el Frente Grande y, posteriormente, fue la primera persona en ocupar la Defensoría del Pueblo de la Ciudad en 1998. Allí se destacó en tiempos del "corralito" y en la defensa de usuarios y consumidores.


También fue secretaria de Derechos Humanos de Cancillería, cuando Rafael Bielsa estaba al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, durante la presidencia de Néstor Kirchner.