Ambicioso retrato coral de "Gabo", el mago de Macondo

Para "Soledad y compañía", la periodista Silvana Paternostro convocó a amigos, familiares y colegas de Gabriel García Márquez para compartir sus testimonios sobre el genio colombiano, quien falleciera en abril a los 87 años. Infobae publica un extracto de esta imperdible biografía

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 AFP 163
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Rafael Ulloa: Gabo no nació en el 28 sino en el 27. Él dice que nació en el 28 para coincidir en las vainas de la matanza bananera, pero el que nació en el 28 fue su hermano.


Luis Enrique García Márquez: Hasta 1955 creí que había llegado a este mundo el 8 de septiembre de 1928, después de nueve meses de embarazo de mi mamá. Pero ocurrió que ese año de 1955 Gabito escribió el Relato de un náufrago en El Espectador y tuvo complicaciones con el gobierno de Rojas Pinilla. Entonces le tocó irse del país, para lo cual necesitó cierto documento y en ese documento, yo no sé por qué, Gabito quedó como nacido el 6 de marzo de 1928, o sea, el mismo año en que yo nací, cosa que me dejó a mí en una situación difícil: o ser el único seismesino de cuatro kilos seiscientos gramos de que se tenga noticia, o casi mellizo suyo. Él nunca rectificó esa fecha, pero el que nació en 1928 fui yo. Gabito nació el 6 de marzo del 27.


Ramón Illán Bacca: Luisa, la mamá de Gabo, era gente considerada. Eran lo que llamaríamos gente considerada. ¿Qué era gente considerada en aquella época? Era gente que se valora por la gente de clase alta de provincia, porque estamos hablando de gente de clase alta de Santa Marta. Como decían los cachacos: «Eres gente bien de tierra caliente». Luisa estudiaba en el colegio de la Presentación en Santa Marta, que era el colegio de la high. O sea que era gente que invitaban a algunas fiestas y a otras no. Todo depende de cómo era la cosa. El papá, el señor García, creo que ni a considerado llegaba.


Rafael Ulloa: Gabriel Eligio García es el papá. Mi mamá es prima hermana del papá de García Márquez. Entonces mi mamá me contó un poco de cuestiones de la familia. Y yo soy fanático de García Márquez. He leído todos los libros. Yo soy de Sincé, claro. Ese es el pueblo del papá de este señor. Sincé, con ce. Ese pueblo se llamaba San Luis de Sincé. Pero para la gente es Sincé.


Carmelo Martínez: Luisa Santiaga, una señora blanca, bajita, con una verruguita por aquí. Blanca. Tiene la misma edad que mi mamá. Mi mamá nació en 1904 y Luisa es del mismo año. Tiene como noventa y seis años. Ya no conoce.


Rafael Ulloa: Carlos H. Pareja es de Sincé y es pariente del papá de Gabito. Y, bueno, tenía buenas relaciones. Él ayudó al papá de Gabo pa' que comenzara a estudiar medicina pero se le acabó la plata y entonces, como estaba en una mala situación, le dijeron: «No joda, sácate una vaina. Búscate un empleo». Y entonces lo nombraron telegrafista de Aracataca. Cuando fue allá se enamoró de Luisa Santiaga Márquez, que era la hija del coronel Márquez.


Jaime García Márquez: Cuentan que Gabriel Eligio García, mi papá, llegó a Aracataca de telegrafista y que un día vio a Luisa, mi mamá, y enseguida le gustó la muchacha. Cualquier día se le acercó y le dijo: «Después de analizar detenidamente las mujeres que he conocido en Aracataca, he llegado a la conclusión de que la que más me conviene (así le dijo, me conviene) es usted. Yo quiero casarme con usted, piénselo; pero si le parece que no, dígamelo y no se preocupe porque no me estoy muriendo por usted». Yo creo que lo que pasó fue que él estaba muerto de miedo de que ella lo rechazara y para protegerse le soltó semejante adefesio de declaración. Y lo creo porque todos nosotros somos iguales:muy amorosos con nuestras mujeres.


Ramón Illán Bacca: Ni siquiera el coronel quería a Gabriel Eligio. Entonces era de un menor escalón dentro de esas sociedades domésticas, pero guardaban mucho las gradas porque eran más gradas que clases.


Luis Enrique García Márquez: Desde el principio, el matrimonio estuvo signado por la trashumancia. Se casaron en Santa Marta, se fueron de luna de miel a Riohacha y se quedaron a vivir allá; regresaron a Aracataca cuando iba a nacer Gabito, y luego, cuando yo tenía como cuatro meses, nos fuimos para Barranquilla; todo ese movimiento en apenas dos años y medio, entre junio de 1926, cuando se casaron, y enero de 1929, cuando nos fuimos para Barranquilla. Como se sabe, Gabito se quedó en Aracataca,

con los abuelos.


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Carmelo Martínez: Se cría con los abuelos maternos, que no le decían Gabrielito sino Gabito, y así se fue quedando Gabito. Yo le digo Gabito. No Gabo.


Rafael Ulloa: Además, el coronel Márquez era liberal y había peleado en la guerra de los Mil Días. Y este tipo [Gabriel Eligio], que era de Sincé, era godo. «No joda, no quiero nada con este hijueputa godo aquí. Manden a la niña pa' otro pueblo.» Entonces, como era telegrafista, comenzó a tirarle mensajes por los hilos telegráficos y a la final terminó casándose con ella porque no podían esconderse.


Patricia Castaño: Con Gerald Martin, el biógrafo inglés, y varios hermanos de García Márquez fuimos a Barrancas, que es a donde llevan a Luisa Santiaga en 1926, cuando llega este señor García a Aracataca de telegrafista y estos [la familia de ella] empiezan a oponerse y entonces deciden que se van en este viaje, para que se le olvidara el señor y presentarle a la familia que había quedado en Barrancas y a las amigas. Salen de Aracataca hacia abajo, hacia Valledupar, van por debajo de la Sierra. Y pasan por Valledupar y pasan por Patillal hasta llegar a Barrancas. Es la primera vez que Tranquilina [la abuela de Gabo] vuelve allá. Es que eso era lejísimos. Eso parecía que era en la esquina, pero era lejísimos y se pasaron como dos o tres meses ahí. No había ni carretera. Estamos hablando de 1926 o 27. Iban en mula por caminos de herradura, bordeando la Sierra, y se quedaron ahí. Entonces nos llevaron a los sitios donde eran los baños de río, donde hacían paseos, y hay referencias en las cartas de ella de que estuvieron en el paseo al río. A través de los telegrafistas se mantenían en contacto. Ahí oí que ella guardaba los telegramas debajo de los fogones de la estufa. ¿A quién se le iba ocurrir buscarlos allí? Imagínate que debajo de todo fogón había como una tapa metálica. Y ella metía las cartas debajo de ese fogón. Ella sabía que de oficina de telégrafo a oficina de telégrafo llegaban los mensajes. Se llamaban marconi en ese entonces. Ella sabía que en la oficina de telégrafos estaba el mensaje que llegaba

en un papel amarillo. Entonces sí, ese viaje fue maravilloso y lo más impresionante es que los fogones todavía existen. Son fogones que están en un recinto atrás en las casas. Todavía encuentras gente que cocina en estos fogones o que tienen el fogón en el suelo.


Aida García Márquez: La llegada de Gabito unió a la familia porque, cuando mi papá llegó de Riohacha a Aracataca, Gabito ya había nacido y gracias a eso lo recibieron bien; así que todo se arregló, y como mis abuelos fueron los padrinos de bautizo, también se volvieron compadres. El abuelo Nicolás empezó a llamar a mi papá «mi compadre Gabriel Eligio». Entonces ocurrió que el nieto se fue quedando, se fue quedando a vivir en la casa de mis abuelos. Después nació Luis Enrique y mis papás se fueron a vivir

a Barranquilla, donde nació Margot, que vivía enferma porque comía tierra (como Rebeca en Cien años de soledad). Mi abuelita fue de visita a Barranquilla y le pareció que Margot estaba muy desnutrida, entonces le dijo a mi mamá que se la dejara llevar, que ella le daba hierro y la cuidaba y así fue como Margot también se fue quedando con los abuelos. En Barraquilla mi papá tenía una farmacia y le iba bien; mi mamá iba y venía de Aracataca a Barranquilla, para visitar a los abuelos y ver a Gabito y a Margot.


Carmelo Martínez: Gabriel García Martínez era moreno, moreno indio, no moreno negro. Un hombre muy imaginativo. La imaginación de Gabito se la debe a él. Era un hombre muy interesante. Imaginativo.


Rafael Ulloa: También fue medio doctor. Siempre en la familia hubo no solamente farmacéuticos sino hierbateros y un poco de brujos. Había un tipo en la familia de nosotros, del lado de los Paternina, que dizque preparaba unas pomadas y entonces... Que qué pomada tan verraca, que eso podía con todas las ponzoñas. Y se untaba la pomada en la mano y se hacía morder de una culebra. Claro, la culebra no tenía veneno pero hacía su pantomima en la plaza con gente. Vivía por Sincé. Eso lo saca Gabito en sus

cuentos.


Carmelo Martínez: Además, era conservador como yo.


Rafael Ulloa: Muy poca gente sabe que el papá de él no era prácticamente García sino Martínez. Ellos debían de ser Martínez. Tú sabes que antes, en los pueblos, había un problema. El papá de Gabo fue hijo natural, entonces cogió el nombre de la mamá, Algemira García. Algemira García era hija de un señor García que había llegado a Sincé con Lozana Paternina. Esa Lozana Paternina era hermana de mi abuelo, el papá de mi mamá. Y a Gabito pues yo lo conocí. Cuando le dieron el Premio Nobel salió eso por ahí. Pero lo mataron porque... no joda, es un cipote escritor. ¿Cómo van a decir que es trago de vaca por ahí?


Jaime García Márquez: Además de telegrafista, ocupación que fue tan efímera que a mí, a veces, me parece que ni fue cierta y que es un invento de Gabito, mi papá era un tipo polifacético, que recitaba versos y tocaba violín.


Margarita de la Vega: Era un señor, cuando yo lo conocí, de esos que se sentaban (en Cartagena ya no es así, con toda la vaina turística) en la plaza de Bolívar, o sea, la que queda al frente del palacio de la Inquisición y de la alcaldía. Esa donde ahora ponen a la bailarina todas las tardes. Ahí se sentaban los locales a conversar, especialmente al atardecer y cosas así. Mi papá no se sentaba ahí nunca porque él no tenía tiempo, él conversaba en otro momento, porque era médico, pero su oficina quedaba ahí cerquita. Y un tío, que era el sinvergüenza de la familia, que no hacía nada, se la pasaba ahí sentao, por ejemplo. Luis Carlos López, el Tuerto López, el gran poeta, se sentaba allí a echar cuentos. Entonces era ese tipo de cosa de bohemia, de gente que se sentaba ahí, que a veces bebía ron también. Al papá de García Márquez le encantaba echar cuento y se sentaba ahí también. Él vivió en muchas partes y fracasó muchas veces. Tuvo muchas profesiones. Fue telegrafista. O sea, en eso, el personaje de El

amor en los tiempos del cólera es él. Que llega y es telegrafista y que se enamora de la mamá de Gabo, que en ese momento es la hija del viejo de mejor reputación del pueblo. Estamos hablando ahora

no de Cartagena sino de Aracataca. Y que tiene apellidos distinguidos. El coronel Márquez. Los Márquez Iguarán son familias de cierta tradición. De pueblo. El guajiro es por el Iguarán, pero no por el Márquez. Por ahí vienen de Santa Marta y de Fundación, y entonces ella es la niña linda del pueblo. Y era muy linda. Yo la conocí de vieja y todavía se le veía cómo era de bonita. Él era más perrato. Todavía de viejo se veía que él era más perrato. Él tomó unos cursos de farmacia a larga distancia y fue farmaceuta. Luego se volvió homeópata.


"Soledad y compañía", de Silvana Paternostro (Editorial Sudamericana).