Chile confirma la primera muerte por terrorismo en 24 años

Se trata de un joven que murió en septiembre cuando manipulaba un explosivo casero. Las autoridades determinaron que la víctima no tenía relación con el artefacto, como se había dicho en un principio

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 @a_blister 163
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La Fiscalía chilena llegó hoy a la conclusión de que Sergio Landskron, quien murió por la explosión de una bomba el pasado 25 de septiembre, no participó en la colocación del artefacto como se sospechó en un principio, por lo que se convirtió en la primera víctima de un atentado desde que se recuperó la democracia en 1990.

Raúl Guzmán, responsable de la Fiscalía Metropolitana Sur, de Santiago de Chile, dio a conocer hoy el resultado de la investigación que se inició tras la muerte del joven de 29 años en el barrio de Yungay. Según la pesquisa, Landskron caminaba por la zona y encontró la mochila con la bomba que poco después explotó y le provocó la muerte.

"Podemos confirmar que la persona que falleció no tuvo participación en la colocación del artefacto explosivo que le quitó la vida, conforme a los antecedentes reunidos hasta hoy", dijo Guzmán en declaraciones a la prensa. Landskron, que era drogadicto y vivía en la indigencia, tomó la mochila sin saber que contenía una bomba, lo que le convirtió en "la primera víctima de los bombazos", de acuerdo con el fiscal.

Guzmán indicó que sus conclusiones se sustentan en los registros de las cámaras de seguridad y las declaraciones de testigos, y recalcó que la investigación sigue en marcha para dar con los responsables de la elaboración y la colocación del artefacto.

El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, afirmó después de conocer las pesquisas de la Fiscalía que el Gobierno enfrentará "con toda la fuerza necesaria" a los grupos que durante los últimos meses han colocado bombas en Santiago. "Vamos a enfrentar con toda la fuerza necesaria a estos grupos terroristas", aseguró.

La explosión que le costó la vida a Landskron fue el último capítulo de una serie de atentados con bomba que se registraron en la capital chilena. Dos días antes de ese suceso, tres miembros de un grupo anarquista fueron imputados formalmente y dos de ellos puestos en prisión preventiva por su presunta responsabilidad en varios atentados.

Uno de estos atentados dejó catorce heridos en una galería comercial aledaña a la estación Escuela Militar del metro capitalino, que tuvo lugar el 8 de septiembre. Esa misma semana, también fueron atacadas con "bombazos" dependencias policiales, y días antes un artefacto había sido arrojado contra la céntrica iglesia Santa Ana.