Con enorme fanatismo se vive el fútbol en Rosario. La pasión suele rozar la locura y los clásicos últimamente se toman ridículamente como de vida o muerte (así es que se reiteran los hechos de violencia en los últimos tiempos, debiendo incluso hasta suspender un juego por tiroteo entre fanáticos de Newell's y la Policía). Y aunque esta vez el derby sí se jugó, siendo triunfo para Central por 2 a 0, la violencia volvió a dar el presente.
En esta ocasión los desmanes acontecieron luego del partido. Con una nueva caída consumada, los hinchas 'leprosos' no pudieron contener su malestar y lo expresaron de la manera más repudiable. Primero se hicieron presentes en el Parque Independencia y destrozaron vehículos que se encontraban en el estacionamiento. Si bien trascendió que los autos corresponderían a jugadores y dirigentes, la Seguridad rosarina lo desmiente.
Pero no todo quedó allí. No conformes con esos delictivos hechos, varios fanáticos se trasladaron hasta el domicilio del presidente Guillermo Lorente para manifestarse y evidenciar su enojo. Si bien la situación no habría pasado a mayores y quedó sólo en insultos, ya hay custodia policial tanto en su hogar como en el del vicepresidente Jorge Ricobelli.
En el medio de toda esta locura, un capítulo aparte es el que tiene como protagonista al técnico Gustavo Raggio. Si bien el DT se retiró de Arroyito sin brindar declaraciones, trascendió que el técnico ya habría puesto su renuncia a disposición de los dirigentes (quienes aún no la analizaron), por lo que su continuidad es una verdadera incógnita.
Lo que el clásico dejó...