Así no llegamos a la final del Mundial de Clubes, 'Ciclón'

Me encanta la autocrítica del "Patón" Bauza post partido: el primer paso es reconocer la realidad para salir adelante. Sin embargo, pasaron 9 partidos del semestre y el Campeón cada día juega peor. ¿Cómo puede ser? Necesitamos recuperar la motivación y concentración de los 'viejos tiempos', y hacer una mini pretemporada urgente porque con este nivel, sufriremos con Cruz Azul, un africano o el representante asiático

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Usted no sabe lo difícil y desagradable que resulta tener que criticar al equipo que viene de darnos la mayor satisfacción de nuestras vidas a nivel futbolístico, aunque los comentarios intenten por todos los medios adquirir un tinte constructivo para hallar los problemas del mal momento y buscar las soluciones para reconstruir a San Lorenzo como espera cualquier hincha del mundo. En el Nuevo Gasómetro, el "Ciclón" volvió a perder con un equipo inferior, aunque lo más alarmante es la imagen coelctiva.


La autocrítica del "Patón" Bauza es un excelente punto de partida para aceptar la realidad y enfocar hacia la recuperación de un plantel que parece agobiado y agotado luego de la consagración en la Copa Libertadores. Pero tal como sucediera en los partidos anteriores del semestre, el Campeón de América mostró su cara más desdibujada, alimentó la preocupación por su rendimiento y perdió bien ante un "Lobo" que es de lo más flojo del fútbol argentino.


¿Cómo es posible que absolutamente todos los pilares del último equipo campeón sean víctimas de un nivel tan bajo? Tal vez "Pichi" Mercier sea el ejemplo más fehaciente de las dificultades que padece San Lorenzo: no recupera balones, llega siempre tarde y tampoco le da aire al resto de sus compañeros, pero no lo ayudan Buffarini, los centrales (aquí hay una evidente falta de jerarquía), Mas, Ortigoza, Verón, Cauteruccio ni los suplentes.


Cuando pensábamos que quitarnos la pesada 'mochila' histórica de alzar el trofeo continental era la clave para sepultar las presiones y comenzar a jugar con mayor tranquilidad y vistosidad, realmente ocurre todo lo contrario. Este San Lorenzo increíblemente malhumora por sus recurrentes y notorios defectos: cada centro al área propia es medio gol, la transición ataque-defensa no funciona, se recae en el pelotazo largo al doble '9' como método de búsqueda y nadie ayuda al "Pipi" en la elaboración de juego asociado.


Personalmente no tengo dudas que el "Cuervo" está disminuido físicamente, pero también perdió la concentración y motivación, dos cualidades que tuvieron mucho que ver en la conquista de América. San Lorenzo es un club grande y su obligación es seguir ganando para acumular títulos y prestigio, pero la cabeza se posó en otro lado -vaya uno a saber dónde- y al "Patón" le cuesta 'traerlos' de nuevo. El DT está enojado y, a decir verdad, es la principal esperanza para torcer el rumbo lo antes posible.


No se trata de dramatizar la situación, sino más bien de alertar sobre lo que está sucediendo. Hoy por hoy, San Lorenzo se divorció del fútbol y el hambre, razón por la cual dejaremos de hablar del Real Madrid al menos por un tiempo prudente. Jugando así, no llegamos a la final del Mundial de Clubes, sin importar si toca Cruz Azul, un rival de África o el representante de Asia en el debut.


Debemos analizar en frío el escenario "azulgrana". ¿Cuál sería la diferencia entre perder cinco, ocho o diez encuentros en este campeonato? Creo que es tiempo de priorizar al máximo: realizar una mini pretemporada con los titulares para llegar de la mejor forma a diciembre y darle rodaje a juveniles en el medio local para delinear el plantel de 2015.


No tengo dudas que el deseo será diferente a fin de año en Marruecos, pero no encomendemos las ilusiones a "levantarnos bien ese día" y evitemos papelones. Trabajemos fuerte para 'el' objetivo. Es la única manera de cambiar por una sonrisa los lamentos de la actualidad.