La construcción del Metrobus en Paseo Colón enfrenta a vecinos con el gobierno de la Ciudad

La construcción del Metrobus Sur que irá desde Plaza de Mayo hasta el barrio de La Boca genera un arduo debate entre la administración macrista y un grupo de vecinos de la ciudad de Buenos Aires -al que se suma el apoyo de organizaciones políticas- que denuncia los costados oscuros del plan.

Aunque se anuncia que la obra será utilizada por unas 18 líneas de colectivos que irán por carriles centrales y en sentido del tránsito, lo que beneficiaría a miles de usuarios del transporte público, los sectores que se oponen aseguran que el gobierno porteño está dispuesto a demoler edificios para realizar la traza.

"No estamos en contra de la obra del Metrobus, pero no se puede hacer demoliendo colegios y edificios de patrimonio histórico, como la Escuela Taller del Casco Histórico", expuso Rubén Sabouland, integrante de la Comisión de vecinos en defensa de Paseo Colón.

"Yo vivo en Paseo Colón 1068 y nos van a sacar 17 metros del frente sin siquiera ofrecernos una indemnización", denunció el hombre que representa a numerosos habitantes de la zona por la que está previsto que circulen los colectivos.

El Metrobús Sur funcionará entre Carlos Calvo y Almirante Brown y para su implementación requiere que se derriben varios edificios situados en Paseo Colón para ensancharla; por eso, durante este año se decretaron tres órdenes de desalojo administrativo en inmuebles que deberían ser demolidos: dos para un local comercial en el que funciona una gomería, en Paseo Colón y Humberto Primo, y otro para el hotel residencial "Marconetti", habitado por unas 40 familias que, según la administración macrista, lo ocupan ilegalmente.

Ante las críticas de los vecinos, desde el gobierno porteño garantizaron que toda esa gente será trasladada a otro lugar de la Ciudad. Además aseguraron que el Centro Educativo Isauro Arancibia, la Escuela Taller del Casco Histórico, el Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia (Caina) serán "reubicados en la misma manzana o en las linderas".

Pese a las explicaciones y las reuniones periódicas que las autoridades de la Ciudad mantienen con los vecinos de la zona, los habitantes de San Telmo no confían en que las promesas se cumplan y temen que los colectivos ya no circulen por el barrio (sólo funcionarían sobre Paseo Colón); por eso realizan protestas semanales que podrían multiplicarse si no hay un acuerdo.