"El Gobierno busca crear el mito de que estamos acechados por fuerzas internacionales malignas que nos impiden crecer"

El analista Andrés Cisneros aseguró que el Poder Ejecutivo realizó una interpretación forzada para amenazar al embajador interino de los EEUU con la expulsión. Comparó la situación con Antonini Wilson

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 Adrián Escandar 162
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El canciller argentino Héctor Timerman amenazó al Encargado de Negocios de los EEUU en Buenos Aires con la expulsión en un encuentro realizado ayer en el Palacio San Martín. El ministro de Relaciones Exteriores había citado a Kevin Sullivan luego de que el diplomático brindara un reportaje con opiniones sobre el caso de la deuda que tiene a la Argentina como demandada en la justicia norteamericana. Sullivan está a cargo de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires hasta tanto el Congreso norteamericano apruebe los pliegos del próximo embajador.

Tras la reunión, la Cancillería advirtió que de repetirse lo que consideraron "una inconducta", se adoptarán sanciones severas. En diálogo con el periodista Marcelo Longobardi en radio Mitre, el ex vicecanciller Andrés Cisneros explicó que la Convención de Viena aprobada en 1961 regula en qué situaciones se puede expulsar a un representante diplomático.

"En este caso se habla de una intromisión indebida en asuntos internos de otro Estado. Si se aplica, es una interpretación muy forzada. Una cosa es opinar sobre asuntos de otro Estado y otra muy distinta es hacerlo sobre dos Estados, al que representa y (aquel) donde está", evaluó.

Hasta ahora la estrategia de la Argentina era culpar al gobierno de los Estados Unidos por las decisiones de sus jueces. De hecho intentó llevarlo a los tribunales de La Haya, pero el gobierno de Barack Obama rechazó la jurisdicción. Con la advertencia de Timerman a Sullivan, pareciera que hay un giro.

Cisneros recordó el escándalo con el valijero venezolano Guido Antonini Wilson. En aquel momento hubo declaraciones oficiales que indicaban que se trataba de un enviado de la CIA y no hubo reacciones como las que se registran ahora. "Tengo entendido que el embajador de Venezuela estaba el otro día en un acto de Máximo Kirchner; hay parámetros distintos para medir las cosas. Sullivan lo que hizo fue opinar sobre un asunto que compete a dos Estados y por eso creo que no entraría en las sanciones previstas", reiteró.

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El Encargado de Negocios reviste la misma importancia que un embajador porque responde a una posición oficial. Habla en nombre de su país. Tiempo atrás la Argentina tuvo un incidente similar con Arturo Valenzuela, el subsecretario del gobierno norteamericano para la región. En aquella ocasión el enviado de Obama opinó sobre las dificultades de las empresas de los EEUU en la Argentina y el gobierno de Cristina Kirchner elevó una crítica a Washington.

"Me parece que hay un rastro muy evidente de la actuación internacional argentina. Se quiere construir un mito de que estamos acechados por fuerzas internacionales malignas, que nos impiden crecer, en este caso el imperialismo. Entonces las dificultades nacen en el extranjero y no en nuestros propios problemas", completó el especialista.

"Una sobreactuación"

El ex embajador argentino en Washington, José Octavio Bordón, se refirió en el mismo sentido que Cisneros. Calificó la reacción del Palacio San Martín como "una sobreactuación que a EEUU no lo afecta; al señor Sullivan tampoco -porque ha expresado con respeto y profesionalidad la postura de Estados Unidos- pero que puede eventualmente afectarnos a nosotros ". Sostuvo además que "la postura de defensa argentina tiene que ser hecha con sobriedad, sin sobreactuaciones, porque eso lejos de ayudar, perjudica".