El papa Francisco, a Francia para una visita de carácter europeo

Visitará la ciudad de Estrasburgo, sede del parlamento continental, donde dará un mensaje a los eurodiputados. El primer pontífice extraeuropeo desde el siglo VIII pronunciará un discurso solemne en ese recinto

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 AFP 163
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El próximo 25 de noviembre, Francisco hará una breve visita de un día a la ciudad francesa que es sede del Parlamento Europeo. La invitación fue formulada por el presidente de ese cuerpo legislativo, el alemán Martin Schulz, hace ya varios meses. Pero la aceptación del Papa llegó recién ahora; en agosto pasado, al regresar de Corea, este desplazamiento intraeuropeo no figuraba aún en la lista de viajes confirmados en la agenda del Obispo de Roma.

Se trata, por lo tanto, de un anuncio sorpresivo. Y ha quedado ubicado entre otros dos viajes de dimensión europea: uno el próximo 21 de septiembre, a Tirana, la capital de Albania, el país más pobre del continente; y otro a Ankara y Estambul, las dos principales ciudades de Turquía, los días 29 y 30 de noviembre, es decir, después de Estrasburgo.

Este viaje de Francisco será el segundo de un papa al Parlamento Europeo. El anterior fue el de Juan Pablo II, que pronunció allí un discurso histórico, el 8 de octubre de 1988, un año antes de la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. El pontífice polaco había mencionado en su mensaje a los millones "de hombres y mujeres" del "centro y del este europeo" que "esperan un destino de unidad y solidaridad a la medida de este continente".

Al confirmar el viaje de Bergoglio, Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, aclaró que no se trata de una visita pastoral a Francia –aunque tal vez haya un breve paso por la majestuosa catedral de Estrasburgo–, sino de una corta estadía con fines puramente europeos.

En referencia a Europa, en la conferencia de prensa al regreso de Tierra Santa en mayo pasado, el pontífice argentino había mencionado su preocupación por el desempleo joven, las situaciones de eutanasia disfrazada, el rechazo a los niños, la caída demográfica y un "sistema económico injusto que mata".

Poco después, el 15 de junio, ante la Comunidad de San Egidio reunida en Italia, el Papa decía: "Europa está fatigada, cansada, debemos ayudarla a rejuvenecer, a encontrar sus raíces".

El continente que por siglos fue bastión y reservorio del cristianismo está hoy afectado por una fuerte descristianización y secularización.