Hubo, hay y habrán festejos locos en la celebración de cada gol, pero de confirmarse que eran balas reales las que se dispararon de las escopetas de los hombres junto a Diego Fagúndez, sería un exceso. El uruguayo le dio un toque de originalidad a su grito, aunque nadie esperaba que los fusiles de los muchachos explotaran y largaran humo. O eran verdaderos o son expertos en efectos especiales...