Sierra Leona obliga a sus ciudadanos a encerrarse en las casas para frenar el ébola

En un intento por frenar la diseminación del virus, el gobierno ordenó que nadie salga a la calle durante tres días. Médicos Sin Fronteras cuestionó la medida

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EFE
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Las autoridades en Sierra Leona ordenaron a sus habitantes que se mantengan encerrados en sus casas durante tres días este mes como parte de un intento por frenar la diseminación del ébola, que ha matado a más de 2.000 personas en África occidental, dijo el sábado un vocero del gobierno.

Abdulai Bayraytay dijo que el gobierno ordenó a la gente que se quede en sus casas los días 19, 20 y 21 de septiembre. Las fechas fueron escogidas para dar suficiente tiempo a las personas a abastecerse de alimentos y otras provisiones antes de que entre en vigencia la prohibición de movimiento, dijo.

Algunos cuestionaron si la medida ayudará en algo. Médicos sin Fronteras dice que "será extremadamente difícil para los trabajadores de salud identificar acertadamente casos en visitas puerta a puerta".

Incluso si se identifican posibles casos durante el encierro, agregó el grupo, Sierra Leona no tiene suficientes camas para ellos.

"Sin un lugar adonde llevar a los posibles casos — para examen y tratamiento — ese enfoque no puede funcionar", dijo el grupo el sábado. "En nuestra experiencia, los encierros y cuarentenas no ayudan a controlar el ébola porque llevan a la gente a esconderse y ponen en peligro la confianza entre la gente y los trabajadores de salud. Eso lleva al ocultamiento de posibles casos y termina diseminando aún más la enfermedad".

El ébola ha matado a más de 400 personas en Sierra leona.

Un médico dijo el viernes que el sistema de salud en Freetown, la capital, se ha desplomado porque muchas personas estaban aterrorizadas de ir a hospitales y algunos doctores temen tratar a quienes se presentan.

En el lanzamiento de un programa de educación pública en Freetown, el doctor Kwame O'Neil dijo que pacientes que sufren una serie de enfermedades están muriendo por falta de tratamiento a causa de esos temores.

Una niñita murió de apendicitis cunado, tras acudir al hospital, un médico allí negó ser médico y no la trató, dijo O'Neil.