Coincidiendo con la desaparición de las cajetillas de sus 7.700 establecimientos en todo Estados Unidos, la empresa norteamericana anunció que pasará de llamarse "CVS/Caremark Corp" (CVS/Marca de cuidados) a "CVS Health" ("CVS Salud").
"Estamos ante lo que todos vemos como un panorama cambiante en el cuidado de la salud", dijo a medios locales el consejero delegado de la cadena, Larry Merlo.
Cuando anunció en febrero el fin de la venta de tabaco y derivados en sus establecimientos, Merlo estimó una reducción de unos 2.000 millones de dólares en los ingresos anuales de la cadena de farmacias y tiendas.
En ese momento la noticia sacudió al mercado del cuidado de la salud en EEUU, repercutió notablemente en Wall Street y fue celebrada por la comunidad sanitaria y por el presidente estadounidense , Barack Obama.
CVS había anunciado que el tabaco desaparecería de sus tiendas el 1º de octubre, pero finalmente ha decidido retirar las cajetillas un mes antes.
La cadena ofrece en sus locales una farmacia donde pueden adquirirse medicamentos con y sin receta, tiene consultorios médicos de atención primaria y vende una gran variedad de artículos, desde cosméticos a juguetes, golosinas, libros y artículos de limpieza.
En concreto, opera 900 clínicas de atención básica en las que no es necesario pedir cita y se ofrecen servicios sencillos como la medición de la presión sanguínea o la vacunación contra la gripe.
La empresa anunció que planea operar 1.500 clínicas en 2017, un mercado en el que también trabajan sus dos grandes competidores,
y
, que sin embargo no han mostrado intención por el momento de dejar de vender
en sus establecimientos.