No será un partido más para Argentina. Tampoco podrá curar la herida que se generó tras perder la Final en el Mundial de Brasil. Pero a 52 días de aquel fatídico día, servirá para comenzar a dejar atrás el mal trago. No será una revancha, es cierto, pero tendrá un aroma a ella. Aunque para el entrenador de Alemania, el choque amistoso que jugarán ambas selecciones mañana en Düsseldorf –desde las 15.45–, no servirá como desquite para el combinado nacional.
"No es ninguna revancha, porque ellos ya no pueden ganar el título. Es más bien una buena preparación para lo que viene en los próximos meses para ambos equipos", sentenció, picante, el entrenador Joachim Löw en la previa. "No espero eso (con respecto a una revancha). La Argentina tiene un nuevo entrenador, juega sin Messi. No será más combativa que en el Mundial", agregó.
Lo cierto es que este amistoso estaba programado desde mucho tiempo antes de que comience el campeonato Mundial y lejos estuvo de ser organizado como una revancha del duelo que definió al campeón del certamen más importante del globo. "Este partido estaba programado desde hace tiempo. Fue una casualidad, no es que la DFB (Federación Alemana de Fútbol) tuviera dotes adivinatorias", avisó Löw.
Entonces, ¿qué objetivo tendrá este encuentro para los alemanes? Löw lo explicó: "Queríamos un gran rival antes de empezar ante Escocia la clasificación para la Eurocopa. Con este partido podremos devolver a la gente un poco de esa sensación vivida en el Mundial, así que me alegro por eso de poder jugarlo".