Estadounidenses presos en Corea del Norte piden ayuda a Obama

Son tres los detenidos, pero no tienen contacto entre ellos. Dos ni siquiera conocen el delito que se les imputa. Son sometidos a extenuantes jornadas en los campos de trabajo forzado del régimen. La dictadura los acusa de espías

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Corea del Norte permitió, el lunes, el acceso de la prensa internacional a tres estadounidenses detenidos, los cuales dijeron que pudieron ponerse en contacto con sus familiares y exhortaron a Washington a que envíe un representante de alto rango para que negocie su libertad.

Jeffrey Fowle, de 56 años, y Mathew Miller, de 24, indicaron que prevén ser enjuiciados en un mes, pero dijeron desconocer qué tipo de castigo podrían recibir o cuáles son los cargos que se les imputan. El otro detenido, Kenneth Bae, de 46 años, —que ya cumple una condena de 15— dijo que su salud se ha deteriorado en el campo de trabajos forzados donde labora ocho horas diarias.

A los tres se les permitió hablar brevemente con The Associated Press en un centro de reuniones en Pyongyang. Funcionarios norcoreanos estuvieron presentes durante las entrevistas, las cuales fueron efectuadas por separado y en habitaciones distintas, pero no censuraron las preguntas. Los tres estadounidenses dijeron que les avisaron de las entrevistas unos minutos antes de que se efectuaran.

Todos dijeron creer que la única solución para la situación en que se encuentran es que un representante estadounidense acuda a Corea del Norte y haga una apelación directa.

El gobierno norcoreano dice que Fowle y Miller cometieron actos hostiles que violaron su estatus como turistas. Ha anunciado que las autoridades se preparan para el juicio, pero no ha especificado una fecha. Bae, un misionero estadounidense de ascendencia coreana, ha estado detenido desde noviembre de 2012.

En Washington, Patrick Ventrell, vocero del Consejo de Seguridad Nacional, afirmó: "Hemos visto los reportes de entrevistas con los tres ciudadanos estadounidenses detenidos en Corea del Norte".

"El asegurar la liberación de ciudadanos estadounidenses es una de las prioridades más importantes, y en la Casa Blanca hemos seguido estos casos muy de cerca", señaló su comunicado. "Seguimos haciendo todo lo que podemos para asegurar su liberación lo más pronto posible".