Activista ucraniana revive las humillaciones a las que fue sometida por los separatistas prorrusos

La acusaron de espía, la apresaron, la envolvieron en una bandera de Ucrania y le colgaron al cuello un cartel que decía "Ella mata a nuestros hijos", para que la golpearan y la escupieran en las calles de Donetsk

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Una mujer que fue víctima de abusos por parte de separatistas prorrusos en el este de Ucrania fue liberada tras estar cinco días en cautiverio por supuestamente espiar para el Ejército ucraniano.

"Sólo quería morir. Me perdí a mí misma. Pensé: 'Este es mi destino. Dios quiere esto para mí'", dijo.

La mujer, Irina Dovgan, insiste en que nunca espió, sino que simplemente juntaba donaciones para los soldados ucranianos y posteaba sus opiniones antiseparatistas en redes sociales, por lo que fue arrestada en su casa en Yasinovataya.

Tras ser interrogada brutalmente durante toda una noche, fue forzada a pararse en las calles de Donetsk envuelta en una bandera de Ucrania y a llevar un cartel que rezaba "Ella mata a nuestros niños", mientras era atacada por transeúntes. "Muchas jóvenes me golpeaban la cara, la cabeza o las orejas. Una foto no puede mostrarlo todo", dijo.

Durante varios días, Dovgan sufrió torturas casi constantemente: soldados dispararon armas tan cerca de su cabeza que casi pierde la audición, la golpearon, la obligaron a gritar frases fascistas e incluso la amenazaron con violaciones grupales.

"Solo quería morir. Me perdí a mí misma"

Su humillación pública fue captada por un fotógrafo del New York Times, y se lanzó una campaña en las redes sociales que pidía su liberación, la cual se logró debido a la intervención de dos periodistas extranjeros: Mark Franchetti, del periódico británico The Sunday Times, y Dmitry Beliakov, un fotógrafo freelance ruso.

Tras ser liberada, Dovgan fue escoltada hasta el último punto de control separatista en las afueras de Donetsk y pasó al sector ucraniano, donde se reencontró con su familia y conoció a Mauricio Lima, el hombre cuya fotografía atrajo la atención del mundo y asistió en la liberación de Dovgan.