El gigantesco agujero económico de 2.840 millones de dólares australianos (el equivalente a 2.650 millones de dólares estadounidenses) de la empresa aérea se produjo entre julio de 2013 e idéntico mes de este año.
La compañía australiana se ha resentido por la depreciación del dólar australiano frente al estadounidense, lo cual encarece el costo del combustible (253 millones de dólares australianos más en un año), y por la coyuntura adversa en Australia caracterizada por una caída de la confianza de los consumidores y un declive gradual de la industria minera.
Asimismo, la competencia de las compañías extranjeras, que han incrementado su capacidad en el mercado australiano en cerca del 10% durante el último ejercicio, sigue pesando en la rentabilidad y la tasa de ocupación de los aviones.
En total, su volumen de negocios se contrajo un 3,5% hasta los 15.350 millones de dólares australianos, o u$s14.318 millones.
La compañía también ha tenido que hacer unas provisiones de 2.600 millones de dólares australianos (más de 2.400 millones de su equivalente de EEUU) por la depreciación del valor de su envejecida flota internacional, adquirida cuando la tasa de cambio entre la moneda australiana y la estadounidense era mucho más ventajosa.
El consejero delegado Alan Joyce aseguró que la compañía prevé una "rápida mejora de los resultados financieros" y una vuelta a los beneficios antes de impuestos en el primer semestre del ejercicio 2014/15, "bajo reserva del impacto de factores externos".
Las pérdidas antes de impuestos del último ejercicio fueron de 646 millones de dólares australianos, o poco más de u$s600 millones.
Qantas,
y que desde 1995 cotiza en bolsa, reclama ayuda para hacer frente a la feroz competencia en Australia, donde hasta hace algunos años